Pendiente dos meses del cambio patronal en la transmisión televisiva de las corridas. Noticia va, noticia viene. Que cinco millones de euros. Que fuera Movistar. Que venga OneToro. Que venga su testaferro MundotoroTV. Qué venga el cambio de narradores y comentaristas. Que venga lanzamiento pomposo. Que vengan promesas de ahora sí "la universalización de la Fiesta", y que bien viniera el gran debut ayer en Sevilla.
Bueno, por mi parte, viejo, cumplido y crédulo suscriptor de Plaza Toros TV, óptimo distribuidor de la señal anterior en América, descansé cuando se anunció el acuerdo de su integración total a la nueva plataforma.
Durante la última semana, con el día magno acercándose, me preparé cancelando todo compromiso, anunciando que a partir de las 18:30 hora dominical española, no estaría disponible para nadie, no atendería visitas, ni respondería llamadas por urgentes que fuesen. Solo, encerrado frente a la pantalla, seguiría con devoción la Corrida de Resurrección desde La Maestranza, donde mucho antes habían colgado el "No hay billetes". ¡Qué privilegio!
Expectante, había estado conectándome todos los días previos para comprobar que los usuarios a paz y salvo de Plaza Toros TV éramos redirigidos automáticamente a MundotoroTV con cuenta, clave y datos, y que la página funcionaba de maravilla en todos los menús. Una y otra vez. Excelente.
Cuando ¡Pum! A último momento, ya en punto mismo del paseíllo, la página cerró sin que poder humano pudiese abrirla. Por ninguna vía, ni suspendiendo el antivirus, ni reiniciando el ordenador, ni la tableta, ni el teléfono, por ningún link. Nada de nada.
Mientras desesperaba con el hardware y el software pensando en que ya Morante, El Juli y Roca Rey cruzaban el ruedo, Ruby, mi mujer, a riesgo de no ser civilizadamente recibida entreabrió la puerta, y asomando apenas media cabeza dijo suavemente, como quien intenta desactivar una bomba:
–Mijo, Martha, Olmedo, Darío, Toño…, todos los amigos están llamando para preguntar si pudiste conectar.
–¡No! –Aullé sin parar de darle al mouse y al keyboard.
–Pues me parece que los dejaron metidos –comentó entre apesadumbrada y burlona.
–¿Y la plata? –preguntó susurrante mientras retrocedía, cerrando con seguro por si acaso.
Al final, frustrado, tuve que informarme a toro pasado por crónicas y reseñas ajenas de los otros petardos que habían pegado los encierros en Sevilla, y sobre todo en Madrid, donde según José María Vivas de Burladero, el "desafío ganadero" terminó con cinco hierros en el ruedo, luchando por el "trono" del más protestado. Ningún consuelo. Por ahora, OneToro y sus filiales quedan universalmente fuera de concurso.