El rejoneador lusitano Paco Velásquez concluyó su temporada mexicana y organizó un festival de despedida en un cortijo del rumbo de Salazar, cerca de La Marquesa, por iniciativa del aficionado Israel Villanueva, y que contó con la presencia de varios amigos caballistas que disfrutaron de un interesante día campero.

En un ambiente de camaradería, se lidiaron novillos del hierro de Zacatepec, de encaste Murube, bien presentados y buenos en general. Abrieron plaza, en collera, el rejoneador yucateco Cuauhtémoc Ayala y su hijo del mismo nombre, que ya comienza a hacer sus pinitos en el toreo a caballo, y cortaron dos orejas.

Posteriormente, el rejoneador lusitano toreó otro de los ejemplares de la ganadería poblana, con el que estuvo muy bien y también conquistó dos trofeos, mientras que Stef Uribe y Rafael Puente lidiaron por colleras al tercer novillo de la tarde, y tras una notable actuación, le cortaron dos orejas y un rabo. Cabe mencionar que Puente es un alumno del rejoneador colombiano Andrés Rozo.

En este evento también participaron los Forcados Amadores de México, que realizaron buenas pegas y fueron ovacionados a lo largo de una tarde que fue amenizada por la banda de música de la Plaza México.

De esta manera, Velásquez finalizó esta segunda campaña en la que pudo torear un total de nueve corridas con un balance de 18 orejas cortadas, y agradeció todas las atenciones recibidas durante su estancia en el país, especialmente las de su mentor, el matador Alejandro Amaya, que ha sido una pieza clave en el impulso de su carrera en México, adonde espera volver en un futuro para seguir consolidando su paso a esta orilla del Atlántico.

Antes de partir rumbo a Europa, Paco Velásquez envió la siguiente carta de agradecimiento:

"México  siempre ha sido un lugar para cumplir sueños, y en los últimos  meses, me permitió  cumplir una temporada importante  para  mí  carrera  profesional. Sentir a México a través de su gente ha sido uno de los mayores privilegios; recorrer tantos kilómetros, maravillarnos con sus paisajes y en cada plaza una afición que se desborda de emoción, son cosas que  agradezco  hoy. Culmina mi temporada y me voy con plena satisfacción de haberlo dado todo. Me quedo con los triunfos, con las tardes de gloria y con aquellas que me llenaron de grandes aprendizajes.

"Gracias infinitas a todos los que han confiado en mí y me han hecho sentir uno de los suyos, gracias a Alejandro Amaya, maestro y amigo, a  su familia, que siempre me han acogido con enorme cariño. Criadero de Caballos Caliente ha respaldado cada paso que he dado en este país, y para ellos también es mi más profundo  reconocimiento. Pieza fundamental en la vida y en el toro ha sido Othón Ortega, con su profesionalismo y lealtad que lo distinguen siempre.

"Nada de esto sería posible sin todas las personas con las que caminé esta travesía, un equipo de trabajo que ha cuidado de mí y de la cuadra de caballos como nadie. Cada visita al campo bravo ha sido un respiro, una bocanada de aire puro, mi gran agradecimiento a los ganaderos que me han hecho sentir en casa, y que han confiado no sólo para llevarme a sus ganaderías sino también para lidiar sus toros.

"Gracias a mi equipo de comunicación, Natalia, Diego y Manolo, por seguirme a cada paso. Me llevo muchas personas especiales, cada tarde dejó algo en mi mente, alma, y me hacen confiar en que pronto habrá un reencuentro. En tanto, emprendo el camino a una nueva aventura lejos de aquí. Me espera una temporada más en la que deseo seguir creciendo profesionalmente, mientras tanto, queda la promesa de volver a esta tierra. Nos veremos pronto.