El novillero retirado y taurino de toda la vida, Alfonso Vázquez falleció el reciente domingo 12 de marzo en Zacatecas, a la edad de 91 años, y de causas naturales, lo que ha provocado un hondo pesar en el medio taurino local donde era un personaje muy querido entre la afición.
Mejor conocido con el apodo de "Kinkas", por aquello de los ojos rasgados como oriental, Alfonso nació en esta capital el 1 de septiembre de 1931, y desde muy joven se aficionó a la fiesta de los toros, siendo en su juventud cuando incursionó como novillero, hacia finales de la década de los años cuarenta.
Posteriormente, y al no alcanzar el grado de "matador de toros", se convirtió en banderillero y, dada su entrañable amistad con José Antonio Enríquez, durante varios años anduvieron toreando en todo el territorio zacatecano, en aquella época en que también recorrían la legua toreros como Raúl Rivas, Rubuén Gil Rodarte, los hermanos Carlos y Luis Pérez de León, Felipe Anzures, "El Pollito" Martínez o Carmelo Bernal, entre otros.
Una vez que dejó los ruedos, se dedicó a la construcción en donde fue un destacado yesero, pero sin apartarse nunca de su afición por los toros, lo que, más adelante, lo llevó a fungir como juez de plaza en distintos municipios del estado, incluyendo su paso por el biombo de la autoridad en la Monumental Zacatecas.
En los últimos años, diversas enfermedades lo mantuvieron recluido en su casa, hasta que sobrevino su lamentable deceso el pasado fin de semana. Le sobreviven su esposa, doña María del Carmen García de la Torre, así como sus cuatro hijos: Alfonso, Hilario, María y Salomón.
El día de ayer se llevó a cabo una misa en el templo parroquial de la Santa Cruz y, posteriormente, sus restos fueron trasladados al panteón "Jardines del Recuerdo", donde fue sepultado. Desde estas líneas enviamos nuestro más sentido pésame por el querido amigo que nos deja. Descanse en paz.