El nombramiento de Luis de la Fuente Castillo como entrenador de la selección española de futbol ha provocado una gran polémica, no por sus habilidades como director técnico, experiencia o resultados, sino porque públicamente ha declarado que es aficionado a los toros. La noticia nos ayuda a hablar sobre el fenómeno woke, la cultura de la cancelación y como podemos encontrar en el diálogo un antídoto que, lejos de acrecentar la polarización, nos lleve a ampliar horizontes.
Vamos por partes. Luis de la Fuente Castillo fue un futbolista que jugaba como lateral izquierdo en el Athletic Club. Después de la eliminación de España en el mundial de futbol de Qatar 2022 fue presentado como el nuevo técnico. La Fundación Toro de Lidia (FTL) lo felicitó en sus redes sociales y recordó que era aficionado a los toros. No solo eso, publicó un video en donde de la Fuente Castillo se declaraba admirador de Emilio de Justo e invitaba a los aficionados a apoyar a su torero en la tarde en que se enfrentaría en solitario a seis toros en Las Ventas en abril del 2022.
A partir de ese momento, la compañía telefónica Finetwork decidió cancelar el patrocinio que tenía con la selección española desde el 2020. Otras cuentas antitaurinas se unieron a las criticas a Luis de la Fuente y promovieron mensajes que FTL ha calificado como violentos y de ultrajes a la tauromaquia y a la libertad.
Parece un nuevo episodio de lo que se ha llamado el fenómeno woke. El adjetivo es una derivación de "awake" (despierta en inglés) y proviene del inglés afroestadounidense vernáculo (African-American Vernacular English) que pretendía alertar sobre discriminación y prejuicios raciales. La frase "stay woke" ("permanece despierto") fue utilizada en los años treinta en el siglo pasado en las luchas por los derechos raciales en los Estados Unidos. En los últimos años se ha ampliado a temas de género y de identidad para señalar posibles discursos de odio.
El fenómeno woke conduce a "la cultura de la cancelación" que, según Lisa Nakamura de la Universidad de Míchigan, es una especie de "acuerdo para no amplificar, publicitar ni dar apoyo económico" a quienes pronuncien palabras que ofendan a otros grupos. Algo como lo que está telefónica Finetwork: cancelar el patrocinio para presionar a la selección española a deshacerse del taurino Luis de la Fuente. Una especie de cacería de brujas: perseguir a todos los que piensen distinto a lo "políticamente correcto".
Lo curioso es que ambas partes se sienten ofendidas. Los antitaurinos por considerar que es inaceptable que esté al frente del equipo representativo de España un individuo que tenga aficiones "aberrantes" como las corridas de toros, y los taurinos por la cancelación del patrocinio y por los mensajes de odio. Ambas partes se presentan como víctimas.
Hace poco publiqué en este mismo espacio un artículo que intitulé "¿Cómo hablar con los antitaurinos?". Proponía dialogar, escuchar para entender. Hacer que el disenso sea visible y, a partir de ahí, construir consensos y convivencia a pesar de nuestras diferencias.
Recientemente, el canal de YouTube de la Universidad Panamericana publicó una serie de videos del Doctor Vicente de Haro para promover la cultura del diálogo. Para el filósofo de la Panamericana el diálogo no es una disputa en donde uno intente ganarle al otro. En el diálogo todos ganan. Es un encuentro en donde, colaborativamente, los interlocutores intentan alcanzar la verdad.
El profesor de Haro, quien por cierto proviene de familia de ganaderos tlaxcaltecas (de ahí que su apellido coincida con el del hierro característico por los toros cárdenos), recuerda que para el filósofo alemán Hans-George Gadamer el diálogo es una fusión de horizontes. Un horizonte tiene un límite, pero este es un límite móvil, se puede ampliar a través de enriquecer nuestros puntos de vista conversando con los que piensan distinto.
Hay un interés legítimo en señalar los discursos de odio. Pero los señalamientos se pueden desvirtuar cuando lo que se busca es silenciar lo que es distinto, lo que desconocemos o lo que es contrario a nuestros gustos.
Como explica Vicente de Haro, sólo a través del diálogo podemos salir de nuestro error. Porque quien está errado no sabe que está equivocado. Sólo conversando podemos reconsiderar nuestras posturas.
México y España son países plurales. Ojalá que a través de la interacción con los demás podamos evitar fundamentalismos. Aceptar que somos distintos. Lejos de un nuevo oscurantismo y una cacería de brujas, a través de la cultura del diálogo, nos enriqueceremos aprendiendo de nuestras diferencias.