El novillero capitalino Bruno Aloi debutará con picadores el próximo domingo en la Novillada de Calaveras que se llevará a cabo en la plaza San Marcos de Aguascalientes, después de haber cumplido dos años de preparación en España.
En este festejo, Aloi alternará con Emiliano Robledo y Rubén Núñez, ante un encierro de Monte Caldera. Hace apenas una semana que Bruno regresó de la Madre Patria, donde fue alumno de la Escuela taurina de Madrid y de la Escuela de Navas del Rey, y en las que logró torear en 17 novilladas sin picadores, por su cuenta.
Dentro de su campaña logró torear en el circuito Camino hacia Las Ventas, siendo el primer lugar en la clasificación de la Escuela, pero por motivos externos a la misma, su lugar que debió ser en la novillada Final de Madrid, se lo dieron a otro compañero por decisión de la alcaldía.
"Ya estaba dicho que con la puntuación de primer lugar ocuparía un lugar en Madrid, pero al final pusieron a otro compañero, y no me queda más que seguir preparándome tanto física como mentalmente, pues así pasa muchas veces y esto solo me motiva para dar el doble el próximo año", relató.
Para su debut en Aguascalientes, Aloi ha estado tentando desde que llegó a México y lidió varias becerras en la ganadería de Enrique Fraga. "Desde que llegué he estado preparándome intensamente en el campo y físicamente adaptándome al clima y a la embestida del ganado mexicano en los tentaderos", dijo.
El novillero, nacido el 7 de marzo del 2001 en la Ciudad de México, hijo del maestro Giovanni Aloi y hermano menor de Fauro, el rejoneador, dijo que nunca se imaginó estar también en el ambiente como profesional.
"Decidí profesionalmente dedicarme a esto un poco mayor. Yo siempre fui aficionado en Rancho Seco desde muy pequeño y nunca me imaginé que yo hubiera querido ser torero. Empezó a gustarme a los 15 o 16 años y un día le dije a mi papá que quería ser torero e irme a España. Me dijo que sí, pero con la condición de terminar la preparatoria y en ese lapso me puse a entrenar aquí a manera de preparación, para que al graduarme pudiera irme para allá", señaló.
A diferencia de su papá y de su hermano, Bruno siempre quiso ser torero de a pie, incluso desde antes que a Fauro comenzara.
"Yo traía esa afición de a pie más que la de los caballos. Me encantan los caballos, pero nunca me atrajo y sí le he salido a alguna vaca a caballo, pero muy casualmente, es bonita esa sensación, pero prefiero agarrar capote y muleta".
De sangre taurina por parte de sus padres, agregó que su abuelo materno, don Sergio Hernández, está muy encantado de que siga la carrera taurina.
"Mi abuelo está muy contento y he tenido el apoyo de él completamente, de hecho, fue a verme a mi debut como novillero con picadores a España. Por el lado de mi papá, la afición a los toros viene por mi abuela que llegó a México estando embarazada de mi papá y le gustaban todas las tradiciones y la cultura mexicana. Mi abuela murió antes de yo naciera, pero cuenta mi papá que ella lo llevo chiquito a ver una corrida de toros. Nadie pensaría que con el tempo se haría rejoneador", agregó.
Pero por el lado de su padre también está la afición a los autos de carreras. Su papá fue piloto y estuvo a punto de ir como piloto de pruebas a la Fórmula 1 en una escudería que, por otros motivos, no se concretó.
"Siempre he tenido la afición de los autos, pero antes de yo haberme querido dedicar a los toros me atrajo cañón la atención de los coches. Le dije a mi papá que quería ser piloto e incluso participé en varias pruebas de Go Karts en algunas giras a mis 12 años. Sí me encantaban, pero dejé esa afición porque costaba mucho dinero y pensé que por ahí no era, pero no me arrepiento de nada de la decisión que tomé", finalizó.