Los días del otoño transcurren con interesante actividad en distintas regiones del país, mientras que la Plaza México permanece cerrada, y en estas semanas resulta un tanto nostálgico, pues en octubre ya se tenían los carteles de la Temporada Grande en la calle, y la efervescencia taurina iba en aumento al acercarse el mes de noviembre.
En medio de la incertidumbre que entraña tener al coso de Insurgentes cerrado, y esa desagradable percepción social de que los toros fueron prohibidos en la capital –que no es verdad–, los festejos en provincia se desarrollan con éxito artístico y, en muchos casos, también económico, lo cual es saludable para el desarrollo y continuidad la Fiesta.
Ahí está el ejemplo de la apertura de la Monumental Mérida, con un entradón que hizo vibrar a la notable afición yucateca en su plaza más trascendente, cuya historia se remonta a más de 90 años y está repleta de efemérides de singular relevancia.
El caso de Aguascalientes y Guadalajara fue un tanto diferente en cuando asistencia de público se refiere, y si la queja generalizada del público es el aumento en el precio de los boletos, es evidente que está fundamentada por la presencia de Andrés Roca Rey, la figura del toreo más cara del momento que, en ambas plazas, dejó un grato sabor de boca.
Este fin de semana se celebrarán en Aguascalientes los Festejos de Calaveras, con tres eventos al hilo: dos en la Monumental y otro más en la plaza “San Marcos”, ese venero de toreros donde tiene su sede la Academia Taurina Municipal a la que han rebautizado con el nombre de Alfonso Ramírez "Calesero", uno de los toreros con más arte y rumbo de cuantos ha dado "la tierra de la gente buena".
Precisamente el festival de este viernes será a beneficio del centro de enseñanza más constante en el devenir de las escuelas taurinas de México, ya que, desde hace más de dos décadas, no ha dejado de funcionar nunca y ha sigo gestionada con una enorme dedicación, la de sus distintos directores y maestros, que se han encargado de transmitir el abc del toreo a los más pequeños.
Ahí viene también el viernes una corrida de gran interés en la coqueta plaza de Juriquilla, con un cartel que no tiene desperdicio, mientras que Morelia espera con ilusión la encerrona del 2 de noviembre de Isaac Fonseca, que se recupera a marchas forzadas para dar la cara en su primer compromiso como matador de toros en México.
Y así como Héctor Gutiérrez justificó plenamente su inclusión en el cartel del domingo anterior en Guadalajara, y se apuntó un triunfo de profundo calado entre la afición, se espera que los demás toreros jóvenes anunciados estos días, como Diego San Román o Miguel Aguilar, se arrimen y triunfen. Asimismo, ojalá que las empresas tampoco se olviden de Juan Pedro Llaguno, que es el otro as de esa magnífica baraja juvenil mexicana, que está llamada a dar continuidad a una importante relevación generacional como no ocurría desde hace mucho tiempo.