El valeroso torero de León, Guanajuato, Ismael Rodríguez, se retiró de los ruedos como matador activo hace cuatro años, pero no se alejó del medio en el que sigue aportando su gran valía, ahora como transportista de reses bravas.
La tarde de su retiro de luces el 18 de marzo de 2018 fue en el lienzo charro de Zacamulpa, Hidalgo, en una corrida de feria en la que alternó con Jorge Sotelo y aunque el cortó las dos orejas a un toro de De Haro, su decisión ya la había tomado.
"Se cerró un ciclo y decidí hacer otra cosa. Con los fletes ya tenía años así que llegó el momento en que me absorbían más los viajes y ya no tenía tiempo de entrenar. Ya batallaba en algunas corridas y dije, "ya no me siento a gusto.
El toro es las 24 horas al día, lo hacía con mucho gusto y sentía que no le faltaba respeto a la profesión, pero llegó un momento en que decidí quitarme de los ruedos y dedicarme mejor a esto".
Además, dijo que sus necesidades y prioridades fueron siendo otras pues al formar un hogar, su familia fue creciendo.
"Tengo tres hijos, y a veces ya es la parte económica que lo taurino la razón de haber emprendido este trabajo. Casado ya cambia mucho la situación, ya no eres tú solo y las necesidades son otras, también".
Con el transporte lleva ya ocho años, pero no ha sido fácil, primero comenzó con una camioneta y con el tiempo pudo adquirir un camión más grande que es en el que realiza los fletes a todas partes del país.
"Para seguir en el medio comencé con una camioneta pequeña y ahora ya tengo un camión y una camioneta. Como esto es lo que me gusta, aquí sigo, aunque de vez en cuando por ahí toreo en algún tentadero o un festival.
No nos quejamos, ando en lo que me gusta que son los toros, conociendo, yendo a las ganaderías y saludando a los amigos, a la gente que me gusta, me la paso bien y la verdad no me puedo quejar".
Esa semana tiene viajes pendientes a Zacatecas y a Cadereyta, donde llevará la corrida de la ganadería De Guadiana para el próximo domingo.
Los viajes, sean largos como hasta Tijuana o cortos, en el centro del país, los hace con Fernando Galván "El Gato", un amigo que fue novillero también de León.
"Con el tiempo se acostumbra uno a andar en la carretera, pero eso ha sido toda mi vida. Hemos andado en el medio del toro de un lado para otro, es la vida de uno, a la mejor ya no toreando, pero ahora en los transportes y eso me agrada".
Para su trabajo cuenta con una unidad grande de 10 toneladas, en las que le caben ocho cajones de toros y una camioneta de 3.5 toneladas. Cuenta como anécdotas ha encontrado muchas en la carretera, que más bien tienen que ver con accidentes, pero lo que acaba de vivir la semana pasada en la ganadería de Puerta Grande, lo trae aún fresco en la memoria.
"Nos tocó ver como a un caporal lo agarró un toro y le pegó varias cornadas. Se le fracturaron unas costillas, se le perforó un pulmón, tuvo fractura de clavícula y tuvo exposición de intestinos. En el ruedo habrá quien te pueda ayudar, pero en el campo es difícil y uno está ahí impotente en poder ayudar en el momento. Estamos arriba del camión esperando que ellos muevan los toros y los acerquen para poderlos cargar y de repente pasan estos accidentes que son lamentables", indicó.
Afortunadamente, al parecer el caporal al que le dicen "El León" fue trasladado a un hospital de Aguascalientes donde, según comenta, se encuentra estable.
"Es parte de la fiesta, hay muchos casos que se ven atrás de un embarque de toros", señaló.
Como matador de toros, Ismael Rodríguez toreó en 108 corridas en casi 13 años de profesión, desde la tarde del 5 de febrero de 2005, cuando tomó la alternativa en la feria de León. Eloy Cavazos le concedió el doctorado en presencia de Alejandro Amaya, con el toro "Fuereño", de Arroyo Zarco.