Lo que les voy a contar, muy a título personal y con el debido permiso, sucedió hace casi un año: fue el día en que vi al matador Isaac Leal Montalvo derrumbarse y llorar como hombre, no como un torero en una mala tarde, como también las suelen tener otros compañeros.

El primogénito que con tanto amor había esperado junto a su querida Diana, su joven esposa, no alcanzó a ver la luz del mundo aquella pálida mañana del otoño pasado.

La escena me hizo recordar aquel otro día en que, siendo un adolescente de 15 años todavía, lo vi despedir también a su padre, quien le había inculcado los principios de la rectitud y los valores morales en el seno de una familia católica y muy unida, pero cuya vida no le alcanzó para verlo lograr conseguir el sueño de ser torero.

Son las historias inexorables de la vida, en la que un día te desprendes de un ser querido, pensando siempre que el mañana debe dejar de ser tan cruel y volver a ser más benévolo contigo.

Hoy la vida le sonríe por partida doble a Isaac, el hombre torero: Diana, su esposa, le ha dado por segunda ocasión la noticia más inmensa del mundo: ¡Será padre de un niño antes de que termine el año! 

Y por si faltara poco, la empresa de la Monumental Monterrey lo anunció hace algunas semanas para tomar parte en la primera corrida histórica Concurso de Ganaderías, a celebrarse el próximo viernes 29 en el coso regiomontano en la que alternará con Arturo Saldívar y Sergio Flores.

Su casamiento en abril del 2021 vino cargado de felicidad pues en aquel entonces, a pesar de la pandemia y de que pocos fueron los invitados que acudieron al Viñedo de la antigua Hacienda de Perote, en Parras de la Fuente, Coahuila, el ánimo de la pareja no decayó. Y como dice el viejo refrán, del que Isaac es consciente, "para torear y casarse... ¡hay que arrimarse!".

Al poco tiempo, por coincidencia, después de una ausencia de seis años de no verse anunciado en su tierra, la empresa de la Monumental lo anunció para torear y, sacando el pecho por delante, cortó una valiosa y meritoria oreja que hoy, otra vez, le da para tomar parte con fuerza en esta fecha memorable.

"Para mí me ha renacido el ánimo y ahora siento el ánimo al doble, al tener a mi hijo dentro de la pancita de su mamá viéndome o sintiéndome que vamos a estar ahí delante de la cara del toro una vez más y siento una gran emoción por todo lo que conlleva", expresó emocionado Isaac, al borde del llanto.

"Me siento muy contento. La verdad que habíamos esperado mucho tiempo para poder tener esta bendición tan grande de poder ser papás y compartirla con todos ustedes.

Me da mucha felicidad porque es un gusto compartido por mucha gente que ha estado alrededor de nosotros, nuestra familia, nuestros amigos que han estado gozando a nuestro alrededor esta alegría que ahora compartimos y después del anuncio de ser papás, nos dan esta bendición de torear otra vez aquí en la Monterrey".

Comentó que el año pasado había sido muy bonito ya que tras vivir su casamiento en esa locación tan maravillosa y luego cortar una oreja en su regreso a la Monumental después de seis años de ausencia, lo hacía vivir en un mundo de ilusión.

"Después de eso al mes nos dan la noticia de que estábamos esperando. Estábamos muy contentos, no podía haber sido mejor el año. Desgraciadamente para octubre nos dan la mala noticia que nuestro bebe venía malito y eso nos derrumbó por completo, fueron cuestión de minutos donde nuestros ánimos se vinieron a los suelos. Pasamos un momento muy triste porque fue algo que no esperábamos que fuera así", recordó.

En la noche de Año Nuevo, al pedir los deseos, Isaac le dijo a Diana: ‘Vas a ver este año nos tiene que bendecir de cierta forma y vamos a estar otra vez esperando bebe’ y así fue.

"El día 1 de mayo nos enteramos de que viene otro bebé en camino. Nos quisimos esperar un poquito para esperar a que las cosas se fueran dando de lo mejor. Nuestro doctor nos iba diciendo que las cosas iban bien y ahora nos da luz verde de poderlo anunciar que vamos a ser papás de un niño que se llamará Isaac Leal Moya".

Pero todavía faltaba algo más para que la felicidad fuese completa:

"Cuando sinceramente yo estaba sintiendo mucha tristeza de ver que todos toreaban menos yo, me llegó la llamada de la empresa y aquí estamos otra vez.

Sinceramente después del año pasado no he tenido nada de actividad y desgraciadamente no hemos podido tener la preparación para llegar más embalado.

Así se pusieron las cosas y así lo vamos a afrontar. No hay ningún problema. Ojalá, Dios, quiera sea un triunfo y si no lo afrontamos como es, aquí no se raja nadie, aquí nadie se baja del barco, al contrario, aquí le salimos al toro sea como sea que venga", afirmó.