Lejos de preocuparse por el bien personal, el de los trabajos, de los empleos que dan para alimentar y vestir a las familias, el de las libertades de cada uno ejercer sus propios derechos, los ataques de los grupos antitaurinos continúan por todas partes.

Esta vez fue en Colombia donde los animalistas presentaron un proyecto que pretende acabar con las corridas de toros y que este jueves estaba a punto de votarse en la Comisión Primera del Senado, pero no tuvo lugar debido a que la sesión se levantó por falta de quórum.

Era esta la última sesión de la actual legislatura para esa célula parlamentaria, por lo que ahora tocará a la nueva legislatura, que abre sesión el 20 de julio y si así lo creen conveniente, retomar la iniciativa de los antitaurinos.

En Colombia, como otros países, la fiesta brava tiene profundas raíces y expresiones culturales. Anteriormente la Corte Constitucional, en una sentencia, excluyó al toreo de la consideración del maltrato animal.

Fue el pasado 2 de junio cuando se realizó una audiencia pública en la que los taurinos pudieron exponer sus argumentos solicitando que una comisión especial revisara aspectos de constitucionalidad, de oportunidad y de violación de Leyes que garantizar el derecho al trabajo y a la libre elección de una profesión u oficio.