La peor. El Domingo de Ramos en Las Ventas, Emilio de Justo cae matando al primero y escapa de la muerte o la invalidez total, con las dos primeras vértebras cervicales aplastadas. La temporada, dolida y seriamente lesionada comienza a remendar carteles.
Siete días después, los juampedros amargan la "Resurrección" en Sevilla, dejando el caro cartel en blanco, y el lleno de “No hay billetes” viendo un chispero. Al tiempo, las exquisiteces de Curro Díaz tampoco logran sobreaguar la corrida en unas semivacías gradas de Las Ventas.
El 27 La prensa discrepa duro respecto a la corrida de Santiago Domecq que abrió en La Maestranza el serial continuo de la feria... Que brava entera, que la mitad, que apenas dos, que solo uno. Sin embargo, a regañadientes coinciden con “Chismoso”, el tercero.
El 28, la que parecía por fin gozosa unanimidad respecto a la multitudinaria Puerta del Príncipe para Daniel Luque, se rompe por la santa ira de la Unión de abonados y aficionados de Sevilla UTAA, que clama: "Por el forro de sus caprichos. Un mal presidente le concede un total de tres orejas. Premio excesivo… que una vez más resta seriedad y coloca la Maestranza con menos categoría de la poca que le queda". Encima exige la destitución de don Fernando Fernández de Figueroa.
El 29, otra vez a casa llena, brotan los desacuerdos de la crítica entre sí, con el palco y con el público por la oreja y la no oreja de Manzanares y Morante respectivamente... "toros flojos, triunfos flojos" protestan.
El 30, Perera corneado, unos atípicos victorinos y un estrafalario Ferrera atizan el fogón, e incitado por este (¿quién se cree?) un futbolista holla el sagrado ruedo en pleno rito. Unos, que "pírrico", que guirigay, que gaché bipolar, que inquietante espectáculo, que sancionable. Otros, que inspirado y grande, que tremendo y desbordante… Y los toros de "Las Tiesas" llevando palos.
Telón de fondo, el drama de la Fiesta en Colombia, donde la Cámara de Representantes aprueba el proyecto antitaurino prohibicionista. Y para colmo, en España como haciendo coro, las empresas excluyen quirúrgicamente a los toreros colombianos de todas las grandes ferias: Castellón, Valencia, Sevilla, San Isidro...
Pero, en fin, como siempre, junto a los disgustos hubo también muchos gustos. El toreo también es eso, pasión… de la buena y de la mala.