En los últimos años la vida de un aficionado taurino se ha tornado muy difícil por el notable aumento del movimiento anti-taurino y su habilidad para divulgar información errónea en un intento por convencer al público y a los políticos de lo que ellos ven como una necesidad, la prohibición de la más bella de las fiestas en los países en donde por siglos ha existido.

La situación es todavía más difícil para aquellos aficionados en países en donde las corridas de toros han sido prohibidas desde décadas atrás, o solo se permiten las corridas incruentas como ocurre en el estado de California pero que han sido el blanco de manifestaciones y ataques a través de los medios informativos.

Uno de esos aficionados que por muchos años no solo defendió la Fiesta, sino que también la difundió para atraer nuevos aficionados fue el José Ramírez Rodríguez, conocido popularmente en el mundo taurino como "Pepe Buenavista", quien dejó este mundo el pasado 26 de febrero a la edad de 81 años.

Nacido en la Ciudad de México y criado en el barrio de Peralvillo, don Pepe se convirtió en aficionado desde muy chico cuando era llevado por su padre a las novilladas en la antigua plaza de toros "La Morena", localizada a un kilómetro de su casa. Y aunque en su juventud soñó en ser torero, solo logró salir de sobresaliente un par de veces en un pueblo de Veracruz, en donde los novilleros en el cartel no le dieron la oportunidad buscada, por lo que decidió no volver a rentar otro traje de luces.

Entonces su vida tomó un rumbo diferente, el del periodismo, llegando a trabajar brevemente para el semanario El Redondel que en aquel entonces era la principal fuente de información de los acontecimientos taurinos en toda la Republica Mexicana.

Para buscar mejor fortuna decidió emigrar a los Estados Unidos y después de algunos años de lucha, recibió la oportunidad de trabajar en los medios informativos en español que en esa década de los setenta empezaron a surgir. Trabajó en radio, televisión y en la prensa escrita con bastante éxito llegando a ser el editor de El Heraldo Católico de Sacramento, California. Pero su pasión siempre siguió siendo la Fiesta Brava por lo que al lado de otros aficionados se formó la Peña Taurina "El Redondel" de Sacramento.

Su siguiente proyecto fue sin duda el que más satisfacción produjo tanto a don Pepe como a las docenas de personas que participaron, la organización de 5 diferentes giras a México durante las que se visitaron varias ganaderías incluyendo San Mateo, Tenexac, Piedras Negras, Rancho Seco, Arroyo Zarco, Jaral de Peñas, Montecristo, y otras mas, en las que merecieron la atención personal de los ganaderos, matadores y otras personas involucradas en la crianza de ganado bravo además de presenciar y algunos participaron en tientas.

También se presenciaron importantes corridas en varias plazas y se visitaron lugares como el Centro Cultural Tres Marías de Morelia y su valiosa colección taurina. Las cinco giras atrajeron aficionados procedentes de Estados Unidos, México y Colombia por lo que sirvieron para fortalecer a los aficionados de abolengo como a crear nueva afición entre las personas neófitas que participaron. Algunos de esos participantes tuvieron palabras de recuerdo para don Pepe "Uno de los mayores logros de Pepe fueron las giras al campo bravo mexicano pues nos dejaron penetrar un mundo al que no hubiéramos podido entrar", dijo David Tuggle, de Bibliófilos Taurinos de América.

Por su parte, el doctor Edgardo Baena, presidente de la Peña Taurina El Clarín, de Colombia agregó: "Se nos adelantó el amigo, el aficionado práctico, el organizador que nos dio la oportunidad de conocer el campo bravo mexicano, a sus ganaderos, sus plazas de toros y a la cultura mexicana".

A don Pepe le sobreviven su esposa Ana María Cornejo, sus seis hijos: Guillermo, Eduardo, Hernán, Margarita y Jose, así como sus once nietos, un bisnieto en camino, así como su hermano Jesús Ramírez. Descanse en paz este gran aficionado y promotor de la Fiesta Brava, además de haber sido un ejemplar hombre de familia.