La Fiesta comienza a recobrar el impulso que perdió hace dos años, y ahora que está en puerta la bonanza de las corridas de carnaval, vale la pena hacer diversas reflexiones sobre lo que está ocurriendo una vez superadas las etapas difíciles provocadas por una pandemia que parece estar enfilándose hacia su final.
Por principio de cuentas, resulta evidente que los puestos para los toreros cada día están más escasos, y no es fácil encontrar un hueco para los jóvenes, ni siquiera triunfando en las plazas de primera categoría.
De tal suerte que, las pocas oportunidades que se abren para ellos, tienen que aprovecharlas a cabalidad para no quedarse sin torear, pues los meses se suceden unos a otros de manera vertiginosa y muchos de estos espadas de nuevo cuño se suelen quedar en la ingrata marginación derivada de la falta de apertura.
A veces ni siquiera llegar a la alternativa con cierto ambiente sirve de gran cosa, así que deben ser conscientes de la necesidad de abrirse camino a costa de lo que sea, con la ambición suficiente para escalar posiciones con rapidez y desplazar a los que se han arrellanado en el sofá de la comodidad. Por eso, para aquellos novilleros que realmente valen, es sumamente importante consolidarse y procurar llegar a la alternativa lo mejor preparados.
Y aunque parezca un círculo vicioso, encadenado por las escasas oportunidades para torear y, por otra parte, lo difícil que resulta afianzar la técnica, el oficio y, en suma, llegar a tener lo que se llama "sitio", hay que curtirse sobre la marcha a base de entrega y mucha afición.
Dos de los casos más especiales de la actualidad son el de Isaac Fonseca y Arturo Gilio, que han decidido dar más tiempo de maduración a sus respectivas carreras. Y si el segundo todavía está en ese camino de aprendizaje, siempre ha demostrado hambre de ser alguien en la Fiesta, quizá con la misma determinación con la que Fonseca se ha partido el pecho en Europa, solito y sin recursos, lo que entraña un doble mérito.
De hecho, al moreliano le espera una gratificante primera parte de la temporada, ya que en los próximos meses actuará en tres plazas de gran envergadura, como son Sevilla, Madrid y Valencia, respectivamente, que serán decisivas para ganarse una alternativa de categoría en España.
Porque en esto del toro nadie regala nada, y hay que ganarse los contratos tarde a tarde, y no sólo los toreros de reciente alternativa, sino también entre aquellos que ya llevan más ventaja por delante. Esta mentalidad va a generar una mayor rivalidad en los ruedos, y ello favorecerá el desarrollo del espectáculo.