Graciela Hernández, editora de la revista El Castoreño, y esposa del picador David Vázquez, murió como consecuencia de un infarto en la madrugada de ayer, alrededor de las 01:25 horas, mientras se encontraba en su casa de la ciudad de Guadalajara.

"Chela", como se le conocía cariñosamente, era originaria de Autlán de la Grana, Jalisco, donde había nacido el 5 de febrero de 1960. Y fue ahí, en esa tierra tan taurina, donde se aficionó a los toros y, al cabo de los años, conocería a David Vázquez, al que amó intensamente y con el que compartió más de 30 años de su vida.

Con él disfrutó la fiesta de los toros en muchas plazas de México, y una de esas tardes grandes fue el martes de carnaval de 2007 en Autlán. Con astados de Xajay, actuaron Rodolfo Rodríguez "El Pana", José María Manzanares y el tapatío Guillermo Martínez. Ese día David actuó a las órdenes del torero de Guadalajara. Y le cuajó tan soberbio puyazo al tercero de tanda, que cambió para bien, y para siempre, la percepción de la afición autlense acerca de la suerte de varas y los piqueros.

Alentada por David, Chela tuvo la pasión y el tino de rescatar una publicación que su suegro, el picador Israel Vázquez, distribuyera en la "Nuevo Progreso" a partir de 1988, hasta aproximadamente 1999, en los primeros años asesorado por el gran e inolvidable periodista Federico Garibay, fallecido en 1997.

Con mucha afición y esfuerzo, Graciela tomó la estafeta de esta publicación, para que, desde entonces, El Castoreño, con un formato más amplio y mejorado, viera la luz a cada carnaval autlense.

Le sobreviven, su esposo David, así como sus hijos Óscar y Andrea. Aficionados y amigos vamos a extrañar a una mujer que siempre sonrió a la vida y vivió con un enorme entusiasmo que era contagioso. Desde estas líneas enviamos nuestras más sentido pésame a su familia. Descanse en paz.