Este sábado 25 de diciembre se cumplieron 50 años de la alternativa de Rafael Gil "Rafaelillo", el torero gitano en activo, quizá uno de los últimos de aquella generación de matadores que irrumpieron en la década de los setenta y, desde un comienzo, llamó la atención de la gente.
"Estoy mucho muy agradecido con mi padre Dios y mi Virgen de Guadalupe, el poder llegar a cumplir 50 años de matador en activo, a pesar de las cornadas que me han dado los toros", expresó con su peculiar estilo el torero nacido en Tijuana, Baja California, el 16 de septiembre de 1950.
Rafaelillo debutó como novillero en 1969 y dos años después se presentó en la Plaza México, en julio de 1971, teniendo un gran éxito y logrando ligar varias tardes de triunfo. La alternativa de este personal torero, bajo de estatura, pero de un corazón grande y guerrero, tuvo lugar en la Plaza de toros Fermín Rivera, de San Luis Potosí, de manos de Manolo Martínez y como testigo Francisco Rivera "Paquirri".
El toro de la ceremonia se llamó "Caltengueño" de la ganadería de San Martín. Esa tarde el nuevo matador cortó las dos orejas.
"El toro me ha dado todo y también cornadas. El toro te da fama, dinero, pero también te da muchos golpes y sinsabores. ¿Y yo porqué tengo 46 cornadas? pensará algún aficionado, dirá que mi técnica era muy deficiente. No, en nuestras épocas las figuras y los toreros te daban los consejos al revés, entonces yo aprendí en la guerra; aprendí con los cebús, con los criollos, con los toros y vacas toreadas. Mi maestro fue el toro, y en el toreo un error que tengas es una cornada. Me pegaron muchas, pero aprendí la técnica, bendito sea Dios, de lidiar un toro bravo", afirmó.
Rafel Gil confirmó su doctorado en la plaza de Las Ventas de Madrid, el 18 de julio de 1974, siendo Raúl Sánchez su padrino y Julio Vega "Marismeño" el testigo. El toro se llamó "Tarifa", de la ganadería de Camaligera.
Su confirmación en la Plaza México fue el 29 de diciembre del mismo año, con de 1974 el matador Eloy Cavazos como padrino y Jesús Solórzano de testigo. El toro de la ceremonia ase llamó "Jerezano", de la ganadería de José Julián Llaguno.
"Mi trayectoria ha sido muy honesta, muy sincera y con una entrega total y disciplina. No he sido un santito, también he tenido épocas que no tenía la madurez y también me envolvió esa cosa que cuando pierdes el piso te vas para arriba. Y esto se los digo a los muchachos que quieren ser toreros, que nunca pierdan el piso y que toreen con sentimiento, que se sientan toreros las 24 horas del día. Yo he sido un torero que he transmitido, porque lo siento, el toreo lo llevo en mis venas. Nací torero y palmaré siendo torero", aseguró.
El llamado "Gitano de los ruedos" espera despedirse de dos plazas muy importantes en su carrera taurina, la de San Luis Potosí, que fue donde tomó la alternativa, y la Plaza México, por ser la catedral del toreo.
"Estoy muy agradecido con la empresa y la gente de San Luis, por el recuerdo de aquel gran empresario que fue don Joaquín Guerra González, su hijo del mismo nombre ya fallecidos los dos, y por Joaquín Guerra, su actual empresario y por los ganaderos que me dieron tanto, ojalá me permitan despedirme también de esa plaza, antes de la última que espero sea en La México", finalizó.