Y mientras los taurinos aún saboreaban el importante triunfo de Isaac Fonseca del sábado en Moralzarzal, el domingo se pintó otra vez de color verde para vitorear, en este caso, a Checo Pérez, que hizo historia en el Autódromo Hermanos Rodríguez, al ser el primer piloto mexicano en subir al podio (en tercer lugar) en este escenario, donde descorchó champaña en compañía de Max Verstappen y Lewis Hamilton.

Antes de ese emotivo momento en el Foro Sol, el piloto tapatío fue levantado a hombros por mecánicos e ingenieros de Red Bull, y por un momento esa imagen remitió al de las grandes tardes de toros, pero aquí en un deporte muy complejo que cuenta con un altísimo nivel competitivo, cuando los protagonistas son "figuras" del volante.

De este hecho, a la oportuna promoción implementada por la empresa de la Plaza México, se ha aprovechado esa inercia triunfadora para que el domingo venidero, en la primera novillada de la Temporada de Reapertura, el público acuda al coso capitalino con una atractiva promoción de 2 x 1 en la venta de boletos, generada por la apuesta hecha a favor del piloto mexicano.

Pero no es la primera vez que sucede una coincidencia que une dos ámbitos que, a simple vista, parecen tan distintos como es la competencia en la máxima categoría del automovilismo y la fiesta de los toros, pues ya algún día, en Cine Mundial, el maestro Pepe Alameda le puso voz a un corto informativo del Gran Premio de México de 1968.

En esa ocasión, el británico Graham Hill fue el protagonista de la victoria en un circuito que, andando el tiempo, sería rebautizado como "Hermanos Rodríguez" en memoria de dos íconos del automovilismo mexicano –Ricardo y Pedro Rodríguez–, que dejaron la vida en las pitas.

Así que esta nota curiosa no deja de estar cargada de circunstancialidades que nos hablan de actualidad y de una analogía entre dos disciplinas –el automovilismo y el toreo– donde existen vasos comunicantes: la rivalidad, el peligro, la disciplina, el esfuerzo, el orgullo y la tremenda emoción cuando un triunfador sale a hombros y se impone a la adversidad. Y si no, ahí está la docta voz del maestro Alameda para explicar lo que  hace poco más de medio siglo sucedía en ese mismo circuito donde ayer estuvieron puestos los ojos de México.