El pasado 5 de septiembre se cumplieron 45 años de la inauguración de la Plaza Monumental Zacatecas. Y lo que debió haber sido la primera corrida de la Feria Nacional 2021 solo quedó la añoranza y los recuerdos en cada una de las personas que tuvimos la fortuna de ser testigos de la apertura del nuevo coso taurino.
Cuarenta y cinco años de historia, de triunfos, de tardes memorables y también de decepción, ilusiones de novilleros concretadas y muchas más para el olvido. El Covid-19 ha hecho que en dos años, la plaza permanezca prácticamente cerrada en el mes más esperado y emblemático para la fiesta de los toros.
En efecto, dos fechas, las del 8 y 16 han sido las de mayor tradición en esta señorial Zacatecas, desde la época de la recordada plaza de toros San Pedro que cerró sus puertas en septiembre de 1975 y un año después, aquella tarde dominical del 5 de septiembre se abría la puerta de cuadrillas para que aparecieran los alternantes.
Nada menos que Manolo Martínez, Antonio Lomelín (sustituto de Mariano Ramos, que estaba previamente anunciado pero había sufrido una lesión) y Manolo Arruza para lidiar toros de la ganadería zacatecana de Torrecilla, propiedad de don José Antonio Llaguno Ibargüengoitia.
Atrás quedaban meses de intenso trabajo de un esforzado y numeroso grupo de trabajadores zacatecanos de la construcción que, sin importar los diversos contratiempos, pudieron concluir los trabajos a tiempo.
De esta manera, a mediodía de ese domingo, en el altar instalado sobre la plataforma de un camión de redilas se ofició la Santa Misa a cargo de los Presbíteros Humberto Salinas y Rafael Pérez y, acto seguido, ambos dieron la primera vuelta al ruedo impartiendo bendiciones y rociando el agua bendita ante la mirada expectante de cientos de personas que quisieron ser testigos de este acontecimiento histórico.
¡Que recuerdos!
A 45 de distancia justo es recordar y reconocer la voluntad política del entonces Gobernador del Estado, Gral. Fernando Pámanes Escobedo que, como se dice en el argot taurino, se echó "palante" autorizando la aplicación de recursos que permitiera la construcción del nuevo coso.
Enseguida, valorar el talento y visión de personajes como el arquitecto Marcos Aburto, los ingenieros Javier Reynoso y Salvador López quienes comandaron los diferentes equipos de trabajo que se dieron a la tarea de construir el hermoso y señorial coso taurino.
Y finalmente agradecer a cuatro zacatecanos que integraron la primera empresa taurina, José Antonio Llaguno Ibargüengoitia, José Antonio Enríquez Barraza, Miguel Alvarado Pinedo y Jesús de Ávila Pérez, y quienes durante varios meses se dieron a la tarea de contratar el ganado y los toreros que formaron el primer elenco en la historia del nuevo coso. ¡A todos ellos…muchas gracias!