La ganadería de San Constantino volvió a abrir sus puertas para recibir al matador Juan Pablo Sánchez, y este día campero no fue distinto de cualquier otro: unos cuantas personas en el palo, sana distancia y estrictas medidas de seguridad, que es con lo que nos toca lidiar a todos... pero eso sí, viendo toros, que es lo mejor.
Adicionalmente a esos pequeños inconvenientes, la tarde fue calurosa. Sin embargo, la responsabilidad de quienes participaron en ella, no tuvo un ápice de merma. En esta ocasión, el matador aguascalentense, Juan Pablo Sánchez fue el director de lidia.
Un toro –que no fue del hierro de la casa– dos novillos y una tercia de becerras, en este caso sí de San Constantino, fueron evaluados bajo la exigencia en el baremo del ganadero. El toro, y uno de los novillos fueron lidiados a muerte por el matador de Aguascalientes. La verdad sea dicha, la exigencia de sí mismo fue el catalizador de faenas bien construidas. Al toro, que tuvo sus virtudes, pero que le faltaron vitaminas, lo llevó con mimo en muletazos de largo trazo con su característico temple.
Con uno de los erales de la casa, la exigencia subió de tono. Su bravura, como primera virtud fue sometida con acierto. Primero, con una brega impecable –el capote bajo, rítmico, de largo trazo– para colocarlo al caballo del tentador, Martín Carrillo.
Con la muleta saboreamos un trazo, necesariamente dominador, por bajo, pero de buen gusto. Sí tuvo nobleza, claridad, largo recorrido, obediencia a los engaños, mas también poder; pero la templanza y el toreo que posee el matador de dinastía, Juan Pablo Sánchez fue la herramienta ideal para que lucieran, la emotividad, transmisión, y buenas condiciones del ejemplar en el ruedo.
Las vacas fueron variadas en su lidia, en la que destacó la tercera de tanda. Excepcional acudió con fuerza y alegría al caballo, y con la muleta tuvo humillación, obediencia, fijeza, claridad y largo recorrido con ritmo. Condiciones envidiables. Con el permiso del ganadero invitó a quienes le auxiliaron en las faenas de tienta.
Uno de ellos, el matador Alfredo Gutiérrez, se dio gusto. Lo saboreamos, como en sus mejores tiempos. Vaya que disfrutamos.
Y el matador Antonio Bricio, no podía quedarse con la espinita de no torear. Ese inmortal y condenado gusano que los toreros llevan hasta el final de sus días pudo retozar. No cabe duda. Gutiérrez y Bricio honran aquella frase lo que bien se aprende, jamás se olvida. Cogió también la muleta, el novillero, Paco Miramontes.
El otro novillo a muerte, que tuvo condiciones similares a su hermano –aunque dicho sea– con un picante nada fácil, el ganadero lo cedió a Miramontes. Se apretó los machos el tapatío, hasta el grado que se llevó dos fortísimas cogidas. Por fortuna, sin nada que lamentar, como no fueran nuestro susto, más los batacazos al cuerpo y a orgullo propio del chaval.
Afortunadamente, como en cada tentadero que aquí se celebra, se cuenta con la presencia de una ambulancia y paramédicos, algo que da confianza a quienes salen a torear, muchas veces toros con cuajo para plazas de primera categoría.
Vale la pena destacar un soberbio puyazo al toro de Marrón, ejecutado con todos los cánones, del tentador oficial a caballo, Martín Carrillo. Y así, en medio del entusiasmo que siempre genera ver torear bien, nos fuimos a disfrutar del resto de una agradable tertulia en la que recogimos los siguientes comentarios de Juan Pablo Sánchez:
"Estoy muy agradecido de que me inviten seguido a venir a esta casa, y gracias a gestos como el que tiene la familia Corona, hemos podido sobrellevar la dureza de la pandemia, que a los toreros nos ha obligado a refugiarnos en el campo. Espero que la Fiesta comience a moverse porque creo que puede ser una temporada bonita. Todos estamos deseosos de torear ante el público y recuperar el tiempo de inactividad producto de la pandemia.
"A lo largo de las últimas invitaciones que me han hecho, he visto como la ganadería avanza por un buen camino, pues de los novillos y vacas que he tenido oportunidad de torear, veo que van buscando el toro con bravura, con clase, y me parece que los resultados que se están observando son producto del trabajo que se ha venido haciendo.
"Estoy disfrutando mucho esta etapa de mi vida, de mi carrera, pues estoy pensando cada vez más en la cara del toro y me voy ilusionando más, y aquí se aprende todos los días. Así que no hay que distraerse y estar listo para lo que venga".