Las imágenes que arroja la Gira de Reconstrucción están cargadas de cubrebocas y distancia social en los tendidos. Es la “nueva normalidad”. Pero el toreo avanza y trata de resarcirse de tanta ruina, con la motivación extra para el espectador, que en estos festejos televisados encuentra entretenimiento y aviva una afición aletargada por el confinamiento que generó la pandemia.
En medio de la incertidumbre que atenaza a España en esta etapa de su diezmada temporada taurina, cuando una nueva oleada de contagios recorre su territorio, en México siguen haciéndose esfuerzos por dar toros, algunos que han fructificado con éxito, como el festival y la novillada de luces, y con público, ofrecida por Arturo Macías en su Finca Cuatro Caminos de Aguascalientes. En cambio, otros proyectos se han frustrado por falta de recursos, experiencia y profesionalismo, como lo que intentaba hacer Curro Enríquez en Zacatecas en estos días.
En el cortijo Los Fernández de Guadalajara la Fiesta se vivió a tope el fin de semana pasado, y ya están preparando otro festival con público para comienzos de diciembre, lo que sin duda viene a reactivar, aunque sea de manera mínima, la economía de un sector destrozado por el coronavirus. Y también habrá toros en Cinco Villas, que este domingo emite la primera corrida de luces, no presencial, para que la gente la pueda ver a través de Tauronet.tv. Así que se trata de diversas iniciativas dignas de ser reconocidas.
Por ahí hay en puerta otros proyectos taurinos, como el de Zacatecas de mediados del mes de noviembre, que aún no se sabe si habrá presencia de público, ya que todavía es muy pronto para determinar de qué color estará el semáforo sanitario, y si esa posibilidad no se diera, seguramente se presentarán dificultadas para llevarlo a buen puerto. Pero para ello habrá que esperar, pues es evidente que las autoridades correspondientes están siendo cautas a la hora de conceder permisos para la celebración de este tipo de eventos.
Asimismo, ya se anunció que no habrá Festival de Calaveras, según lo confirmó el gobernador Martín Orozco y, por tanto, no habrá toros en Aguascalientes en torno del Día de Muertos, que era cuando la Monumental ofrecía sus dos últimas corridas del año antes del ayuno previo a la apertura de la temporada novilleril de finales de febrero del año siguiente en la plaza San Marcos.
Por su parte, el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue, ya anunció que sí habrá Feria de León 2021 con todas las medidas de sanidad pertinentes, pero sin hacer mención expresa a los toros, que seguramente están incluidos en eventos como el show de hielo, el circo, los gallos y el palenque, de los que aún no hay certeza de que se organicen, y es sencillo deducir que para el gobierno no será sencillo autorizar su programación.
Y es que es evidente una cosa: para los políticos no es fácil tomar decisiones, pues resulta complejo encontrar un punto medio de equilibrio que permita la apertura de algunos sectores de la actividad económica, pero sin que ello contribuya al aumento de más contagios. Y si bien es cierto que hay necesidad de ser prudentes, la actividad comercial no se puede hundir en el inmovilismo.
Por ahora, en la fiesta de los toros se están dando pasos cortos, algunos inseguros, y hasta temerosos, pero se avanza en la misma dirección: enviar un mensaje de que el espectáculo está vivo y a la espera de recobrar su actividad como se conocía, al margen de saber en qué medida la crisis económica que le cayó encima al mundo, va a permitir a la gente gastar en ocio.
Sin embargo, esas son sólo conjeturas vanas. La intención es buena, sana, no detenerse. Seguir luchando por algo que nos apasiona, nos identifica, nos devuelve la ilusión de mantenernos en la dura pelea que inició a mediados del mes de marzo, cuando se realizaron los últimos festejos antes de que el gobierno decretara la cancelación masiva de este tipo de eventos. Y mientras no se tenga una vacuna, así será la vida de aquí a los próximos meses. Así que hay que acostumbrarse y tratar de ponerle buena cara y una actitud positiva.