Este miércoles se cumplen tres décadas de la muerte de uno de los varilargueros que marcan un verdadero hito dentro de la tauromaquia mexicana del siglo XX, se trata de Guadalupe Rodríguez Sánchez "El Güero Guadalupe"; de quien a continuación presentamos la semblanza a manera de efeméride.
Hijo de Nicanor Rodríguez y Refugio Sánchez, nació el 22 de diciembre de 1899 en la hacienda Santa Mónica, del Estado de México, su afición a los toros se inició a temprana a edad, gracias a que asistió a sus primeros festejos en Tlalnepantla, en suma a su amistad con los picadores hermanos Aguirre los "Conejos".
Debutó como profesional en el antiguo "Toreo de la Condesa", la tarde del 17 de abril de 1921, bajo las órdenes del sevillano Ignacio Sánchez Mejías, el cartel completo lo conformaron Rodolfo Gaona, Juan Silveti y Juan Luis de la Rosa, quienes despacharon ejemplares del Duque de Veragua.
Comenzó su andadura española a las órdenes del propio Sánchez Mejías y, tiempo después, pasó a la cuadrilla de Marcial Lalanda con quien duró ocho años alternando temporadas entre México y España país donde tuvo sobresalientes actuaciones estando a las órdenes de Manuel Jiménez "Chicuelo", Pepe Luis Vázquez y Joaquín Rodríguez "Cagancho".
Ya en suelo mexicano, su trayectoria abarca más de 60 años como profesional donde logró colocarse como picador de confianza en importantes cuadrillas de toreros como: Fermín Espinosa "Armillita", Juan Silveti, Lorenzo Garza, Carlos Arruza, Luis Castro "El Soldado", Silverio Pérez, Manolo Martínez, David Silveti y Eloy Cavazos.
Cabe decir que dentro de su dilatada trayectoria, El Güero nunca sufrió la cornada de un toro, situación que si sucedió por las astas de un venado, esto cuando se encontraba caminado por los potreros de la ganadería de Pastejé, entonces propiedad del maestro Carlos Arruza.
Protagonizó importantes páginas dentro de la tauromaquia, como haber dado el último puyazo al toro "Azucarero", de San Diego de los Padres, propiedad de la familia Barbabosa, ejemplar con el que se despidió el maestro Rodolfo Gaona la tarde del 12 de abril de 1925, en la plaza "El Toreo".
Aficionado taurino de cepa hasta sus últimos días, vivió rodeado del cariño y prestigio por parte de la familia taurina a nivel mundial hasta que la muerte lo sorprendió el 7 de octubre del 1990 y con él se cerró una de las páginas gloriosas de la otrora Época de Oro de la tauromaquia.