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Muere el último ganadero de Pablo Romero

Miércoles, 02 Sep 2020    CDMX    Redacción | Foto: Archivo   
Un apellido ilustre que dio fama a una ganadería que data de 1885
El ganadero Jaime de Pablo Romero y de la Cámara murió ayer en la ciudad de Sevilla, a los 80 años de edad, como consecuencia de una larga enfermedad, y es así como este mítico apellido quedará ya sólo para el recuerdo, pues los actuales toros del famoso hierro de la herradura, hace tiempo que están a nombre de una sociedad que lidia como "Partido de Resina" desde 1997.

Cuando se concretó dicha venta, la que desvinculaba a la familia Pablo Romero de la crianza el toro de lidia, el acuerdo con los nuevos propietarios de los derechos sobre el hierro, la divisa y la finca, acordaron, precisamente, lidiar con el nombre de la finca, que está ubicada en

Independientemente del cambio de nombre, los toros de Partido de Resina representan a una de las ganaderías más emblemáticas de la historia de la tauomaquia, no sólo por su antigüedad, sino por los triunfos que sus toros han proporcionado a una extensa lista de figuras del toreo desde los últimos años del siglo XIX, pues su fundación data de 1885.

El primer ganadero de este apellido ligado a la historia del campo bravo de Sevilla fue Felipe de Pablo Romero, que adquirió en 1885 la vacada de Carlos Conradi, de procedencia de casta Jijón y Cabrera. En 1906 pasa a don Felipe de Pablo Romero y Llorente y en 1943, tras su fallecimiento, a sus hijos.

A partir de 1944 se anunció a nombre de don José Luis y Herederos de don Felipe de Pablo-Romero pero en 1956 se formó una sociedad familiar de la que se nombró gerente a don José Luis de Pablo Romero, pasando a anunciarse Hijos de Pablo Romero. En 1975 le sucedió su hijo don Felipe, y por fallecimiento de éste, en 1979, pasó la gerencia a su hermano don José Luis.

Desde 1986 pasó a pertenecer en exclusiva a don Jaime de Pablo Romero y Cámara que no pudo detener el franco declive de la ganadería a pesar de los intentos de conservar la dirección de la misma, llegando a promover una fallida fundación que no obtuvo el éxito esperado.

La singularidad de los toros de Partido de Resina es la gran belleza de sus toros de pelo cárdeno, así como su serias y bien puestas cabezas, de pitones blancos, y su encastado comportamiento. Y como todas las ganaderías es lógico que haya atravesado por diversos baches, sobre todo si se considera su largo andar por la historia del toreo.

Al margen de esta circunstancia, la estirpe de los pablorromeros seguirá brillando como una casa ganadera de una importancia mayúscula, cuya estirpe ha estado presente de forma continuada y exitosa, en muchas épocas, en los carteles de toros.


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