Una a una siguen cayendo las distintas corridas programadas en plazas de Andalucía, tras la revisión de la norma establecida del 50 por ciento del aforo permitido en las plazas de toros, esa que en un principio hacía viable la celebración de festejos hasta que, hace unos cuantos días, se endureció con fines políticos.
Se trata de una problemática que responde a una lamentable guerra de intereses, comenzando por el sistemático ataque a la tauromaquia desde la perversa trinchera del animalismo, que no ha desaprovechado la división existente en el empresariado taurino.
En medio de este adverso panorama para la Fiesta, el depredador prohibicionista acecha detrás de la mata, con la finalizad de ver si sus presas se dejan malheridas en la contienda y aparece en escena para asestar un golpe mortal a la tauromaquia, que hoy día vive sus horas más bajas.
Y así como merece la pena aplaudir las iniciativas de ciertas empresas que buscan reactivar la economía del toro, aunque sea a cuentagotas, también es respetable admitir la postura de prudencia a las que se han adherido otras, bajo la excusa impuesta por las circunstancias.
Mientras en Europa las empresas luchan por sus respectivos intereses, en México pasa el tiempo y cada día surgen nuevas y valiosas iniciativas provenientes de distintos grupos de aficionados, cuyo amor por el la Fiesta los ha obligado a reiventarse a través reuniones virtuales que se están posicionando como una magnífica válvula de escape para paliar la falta de toros.
De esa solidaridad bienintencionada han nacido proyectos dignos de alabanza, de los que sobresalen aquellos que pretenden reivindicar la importancia de la cultura taurina, como es el caso de la biblioteca digital de FCTH, las conferencias virtuales de “Unidos por el toro”, la propuesta de entretenimiento de los Forcados Mazatlecos, entre muchas otras.
En este sentido, cabe mencionar que la empresa "Zacatecas, Tierra de Toros", ya se encuentra en la organización del Ciclo Cultural Virtual que pondrá en marcha durante el próximo mes de septiembre, tal y como lo ha hecho, de forma presencial, a lo largo de la última década con magníficos resultados.
Nadie estaba preparado para lo que estamos viviendo. Y esta grave crisis está obligando a llevar a cabo diversos ajustes, sobre todo ahora que la Fiesta se encuentra contra las cuerdas, aguantando la golpiza del peso pesado de la pandemia.