Octavio Paz decía que cuando una sociedad se corrompe, lo primero que se gangrena es el lenguaje. Para evitar que esto sucediera, fundó revistas literarias desde donde convocó a los grandes escritores de su generación.
Cuando tenía 17 años, Octavio Paz editó la revista Baranda que se publicó entre 1931 y 1932 y en la que colaboraron jóvenes intelectuales como Rafael López Malo, Arnulfo Martínez Lavalle y Salvador Toscano. Lograron sacar siete números y cuatro suplementos. Años después, junto con José Revueltas y Rafael Solano fundó Taller que publicaron de 1938 a 1941.
La tercera revista de Octavio Paz fue El Hijo Pródigo (1943-1946) en donde escribieron Xavier Villaurrutia y Alí Chumacero. Más adelante la revista Plural y en 1976 Vuelta en donde escribieron gente como Jorge Luis Borges, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y Milán Kundera.
En una entrevista que le realizó Diana Ylizaliturri publicada en Letras Libres en 1996, Octavio Paz explicó la razón de sus revistas:
"En primer lugar, la afirmación de la literatura por la literatura frente a los poderes sociales; no solamente frente al Estado, sino también a los partidos y los poderes del mercado (…) De modo que somos herederos de la buena tradición de la literatura hispanoamericana, de las revistas que se opusieron siempre al gusto del público, que quisieron hacer algo distinto: cambiar a la sociedad, a la gente".
En la biblioteca de casa de mis papás están encuadernadas una serie de revistas taurinas como La Lidia, que fue una publicación madrileña cuyo primer número apareció en 1882. El Ruedo, que inició como un suplemento del periódico Marca y tuvo tal éxito que se convirtió en un semanario independiente a partir de junio 1944. La figura central en los primeros años de la revista fue Manolete. El semanario se publicó hasta mediados de los años setenta.
Existen también algunos ejemplares sueltos de Sol y Sombra y de La Fiesta, un semanario gráfico taurino que se publicó en México en la Época de Oro del Toreo Mexicano. La biblioteca tiene, además, colecciones de tres revistas fundadas a finales del siglo pasado por José Carlos Arévalo: Toros 92, El Toreo y 6Toros6.
José Carlos Arévalo es nieto del crítico taurino José Díaz de Quijano "Don Quijote", autor de obras como Juicio crítico del toreo de Bombita, Machaquito, Pastor y El Gallo (Barcelona, 1913) y Crítica y Crónica (Barcelona, 1933). Arévalo lanzó estas publicaciones para restaurar la jerarquía que toreros y ganaderos, para defender la tauromaquia y para darle a la fiesta brava un eco mediático.
En el editorial titulado "Aquí Estamos" publicado en el primer número de Toros 92 de febrero de 1988, Arévalo escribió: "Que las proezas de la lidia trasladen su emoción al papel, a la imagen y a la voz que las prologan (…) Cuando la muerte anda por medio es difícil la ecuanimidad y, además, el hombre es un ser condenado a la subjetividad: sólo la honradez puede provocar un acuerdo que conceptualmente nunca llegará a existir".
En alguna ocasión el matador Raúl Ponce de León me dijo que había dos formas de aprender de toros: dedicándole horas a la bohemia, charlando de toros con toreros y ganaderos; o leyendo mucho y analizando lo que se había escrito de toros. Yo he intentado decantarme por la segunda alternativa. Las revistas que mi abuelo y mi padre coleccionaron contribuyeron en gran medida a mi formación taurina.
En medio de la inmediatez que se vive en la actualidad, cuando parece que todo se digitaliza y que nuestra vida gira alrededor de un mundo virtual en el que vivimos para consumir tuits, podcasts o series de Netfix, un grupo de valientes aficionados lanzó un ambicioso proyecto que intenta recuperar la literatura y el arte que rodea a la tauromaquia.
El fotógrafo Joaquín Arjona y el periodista Rafael Cué, acompañados por un consejo editorial en el que participan Juan Pablo Ramírez, de la dinastía de los Calesero, Rafael y Santiago Tejeda están publicando Tauro Magazine.
En el editorial del primer número, Rafael Cué escribió: "Imposible competir con la inmediatez de la noticia digital, sin embargo esa no es la esencia de Tauro, nuestro objetivo es compartir con usted, amigo lector, esta bendita locura del toro. Hemos diseñado editorialmente un producto cultural que consideramos de colección y herramienta para estar orgullosos de ser aficionados a los toros, al campo, a los toreros y al arte que emana de esta centenaria cultura que es la tauromaquia".
Tauro tiene una calidad editorial excepcional, las fotografías son de un arte exquisito y, siguiendo el ejemplo de Octavio Paz, han logrado atraer a intelectuales de la talla de Jorge F. Hernández. Si bien es una revista en papel, han incorporado la tecnología, no sólo en el diseño, sino en la distribución. De esta manera, cualquier aficionado puede ingresar a tauromagazine.com, suscribirse y recibir en su domicilio los ejemplares trimestrales de Tauro.
Enhorabuena a Joaquín Arjona y a Rafael Cué. Su proyecto es una afirmación de la literatura y del arte vinculado con la fiesta brava. Tauro contribuye a la cultura y al enriquecimiento de la sociedad evitando que se gangrene el lenguaje. Nos toca ahora a los taurinos apoyar el proyecto suscribiéndonos y coleccionando la revista.