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Especial: Evocación de un querido tocayo

Miércoles, 19 Feb 2020    Tlaxcala, Tlax.    Carlos Hernández   
Pavón rememora su amistad con Carlos Arruza en su centenario
"Justicia" ¿Por qué? Porque pocos escritores de toros se han acordado que un 17 de febrero de 1920 nació en la Ciudad de México uno de los toreros más  grandes que ha dado México, hace exactamente 100 años, y es preciso recordarlo con la grandeza que entraña este aniversario.

Porque aun siendo hijo de españoles él se proclamó toda su vida orgullosamente mexicano. Porque aún a pesar de su dejo al hablar como clásico capitalino de Tepito, un gran sector de sol le seguía llamando "gachupín" (era amigo de boxeadores y deportistas de ese barrio). Porque cuando se rompieron las relaciones en 1936, siendo entonces becerristas, fueron contratados en España él y su hermano Manolo. Y Carlos Arruza, como mexicano por nacimiento que era, no quiso torear a pesar de que los   empresarios –por ser hijo de españoles– le insistían a que toreara mano a mano con su hermano, quien sí había nacido en España.

Su negativa fue definitiva y, por solidaridad con Carlos, Manolo tampoco quiso torear; y de esto hay poco o nada comentado en México, y porque en la Corrida de la Concordia celebrada en Las Ventas de Madrid el 18 de julio de 1944, Carlos puso en altísimo el nombre de México con un triunfo sin precedentes cortando las orejas o un toros de la ganadería de Muriel, convirtiéndose en un ídolo de la afición española quien le puso desde entonces "El Ciclón Mexicano". Porque pocos escritores de México lo resaltan en la memoria. Porque pocos se acuerdan de que en 1945 fue el principal rival de Manolete quien estaba en pleno apogeo habiéndolo superado en cortes de apéndices y en corridas toreadas nada más y nada menos que 108.

Tenía aún tiempo para terminar ese año con 10 corridas más pero por nobleza, admiración y respeto no quiso romper el récord que tenía Juan Belmonte de las 108 corridas en un año.   Decía que no tenía caso comparar aquella época en que los toreros viajaban en tren y en carruajes con la época moderna del automóvil. Porque pocos se acuerdan de aquella tragedia carretera que en Cuajimalpa, un 20 de mayo de 1966 segó la vida de tan gran torero y rejoneador.

Esta última fase de su vida torera que casi en nada se compara con su gloriosísima carrera taurina vestido de luces. Carlos Arruza se hizo acreedor en España de trofeos eméritos otorgados por el Gobierno español por tantas corridas que toreó gratuitamente en beneficio de los pobres. Impulsó tanto en México como en España a muchos toreros mexicanos entre ellos a José Ramón Tirado a Guillermo Carvajal, a Curro Ortega y al  venezolano Cesar Girón, quien gracias a Carlos conquisto España y se hizo el amo.

En México él mismo organizó corridas benéficas en favor de Curro Ortega y de Carlos Vera "Cañitas", a quien  fue   amputada una  pierna  por tremenda cornada. Además organizó y toreo en España la corrida pro monumento a Manolete ahora sito en Córdoba España.

En lo personal me enorgullezco de ser un sobreviviente de sus amigos. Tentaba en Rancho Seco y nos dejaba pasmados de que, a vacas difíciles, casi imposibles, les daba naturales como si fueran maravillosas. No me olvido de que me llamaba "tocayito".

Hombre bondadoso y amable con todos y con cualidades extraordinarias de otra índole cuando a los 28 años se decidió a aprender a tocar piano y acabó dando un recital, apoyado por su compadre y amigo, Pedro Vargas.

Y cabe agregar el dolor que le causó la muerte de tres Manolos en su vida; el primero su adorado hermano mayor (compañero de torería) quien accidentalmente se murió manejando una pistola. El segundo, Manuel Rodríguez "Manolete", su gran rival taurino, pero a la vez amigo íntimo. La madre de Manolete vio a Carlos con veneración y amor, y cuando falleció en la carretera, doña Angustias le lloró como a su propio hijo. El tercer Manolo fue su entrañable amigo y rival en los ruedos, el lusitano Manolo Dos Santos (por cierto, el único matador que en la Plaza México ha cortado en una tarde Cuatro orejas y dos rabos), un torerazo y otro amigo íntimo de Carlos, quien como él, también murió en un accidente carretero.

Valga su centenario para evocar este recuerdo que no me quise guardar en el tintero de mi memoria taurina. Justicia a quien la merece.

Nota de la redacción: En la foto que ilustra este texto aparecen Carlos Arruza, Alfonso de Icaza "Ojo" (director del semanario "El Redondel") y Rodolfo Gaona. Mientras Ojo mantiene un actitud de intimidada reflexión, Arruza escucha con admiración las palabras del Indio Grande, que en este encuentro le espetó: "¡Tú fuiste mejor que Gallito!"


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