Una de las grandes ganaderías con las que cuenta el campo bravo mexicano es la de Zacatepec, divisa rojo y plomo, la cual a últimas fechas se ha convertido en la predilecta de los rejoneadores españoles que se encuentran haciendo campaña en México.

Por la línea directa de Piedras Negras, ganadería tlaxcalteca, la de Zacatepec es una de las ganaderías más antiguas del país y que desde hace tiempo continúa haciendo empadres con toros pura sangre de Murube.

"Nosotros le llamamos "La murubisación". Después de dos picos importantes que hemos tenido, con los toreros antiguos en los años 40 y 50 y posteriormente en los 70, Zacatepec está volviendo a lo que aporta desde su propia identidad, nuestro aporte a la fiesta es la sangre Murube, nosotros le llamamos "pasión por lo Murube".

"Y aunque todos los encastes son importantes, Santa Coloma, Parladé, Domecq, etcétera, nosotros no nos vemos que no seamos ganaderos de ningún otro encaste que no sea Murube, estamos felices por ello", dijo Alejandro Muñoz, quien junto con sus hermanos Bernardo, Juan Pablo y Mariano, son los propietarios de esta legendaria divisa tlaxcalteca.

Fundada hace un siglo, en el año de 1920, aunque 16 años antes llegaron las vacas de Piedras Negras a Zacatepec, hacia 1904. Daniel Muñoz, junto con los propietarios de Pastejé-Rancho Seco, importaron toros de doña Carmen de Federico viuda de Murube, para inyectarla en Zacatepec y fue así como esta ganadería mexicana pronto se identificó con el hierro de Murube y esta encaste tan importante.

Entre los años de 1940 y 1970, innumerables son los triunfos que alcanzaron entre otros Antonio Velázquez, Fermín Espinosa "Armillita", Carlos Arruza, Luis Procuna, Manuel Capetillo y muchos más.

El toro negro, muy en tipo, así como el galope, el son y la nobleza son algunas de las principales características que definen a esta ganadería y que tanto gustan a los caballistas en la actualidad.

"A lo largo de estos últimos 20 años hemos tenido nueve toros de Rancho Seco, con sangre pura de la ganadería jerezana de Fermín Bohórquez (vía Rancho Seco), donde han estado padreando en Zacatepec, que actualmente cuenta con alrededor de 130 vacas de vientre", agregó.

"Junto con mis hermanos creemos que el encaste Murube, como todos los demás encastes, enriquecen a la fiesta. Los encastes son como un mosaico, yo diría que no hay ni encastes mejores que otros, son distintos y son los colores que en un lienzo hacen que tenga diversidad, belleza, profundidad y así como hay distintos toreros, unos valientes y otros con clase, le ayuda mucho a la fiesta que los toros también tengan distintas cualidades, que es lo que llamamos encaste".

Señaló que la ganadería de Zacatepec, sin decir que está en los cielos, llega en buen momento al fijar cualidades tanto de tipo como en el juego que dan sus toros.

"Gracias a Dios y a los rejoneadores hemos regresado a las plazas de primera. Tenemos la alegría de estar siendo anunciados en carteles muy importantes y regresando a plazas de primera categoría, cosa que nos ha costado mucho trabajo, pero después de muchos años estamos regresando a León, Aguascalientes o San Luis Potosí, por ejemplo, y lo que nos ha regresado es sin duda alguna el éxito que ha tenido el refresco de Murube en Zacatepec", expresó Alejandro.

El rejoneador luso-hispano Diego Ventura y los Hermoso de Mendoza, padre e hijo, son los encargados de lidiar en estos días astados de la divisa rojo y plomo.

"El sábado en León, Diego Ventura va a matar dos de la casa y el domingo 26, en Villa Hidalgo, Guillermo Hermoso de Mendoza, mata dos, lo mismo que el lunes 27 en Ayutla, mientras que su papá, Pablo, matará dos en Sombrerete, Zacatecas, el 2 de febrero", agregó.

Y aunque en la actualidad casi todas las camadas las están matando los rejoneadores, Alejandro Muñoz anhela que pronto también los toreros de a pie consideren a Zacatepec como una de sus ganaderías favoritas.

"Ojalá que nos coloquemos pronto en el toreo a pie, que sea del gusto de los toreros a pie es nuestra asignatura pendiente, que los toros duren más, que les corten las orejas y seguimos trabajando.

No estamos completamente satisfechos; estamos contentos, pero hay asignaturas pendientes. Lo que nos gustaría criar sería un toro bravo, que es la característica del toro de Murube, que tiene emoción, bravura y se siente en el ruedo y al mismo tiempo que sea muy toreable, que duren y que, tanto a pie como a caballo, les puedan cortar las orejas los toreros", finalizó.