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Cine taurino: Arruza

Viernes, 08 Nov 2019    Morelia, Mich.    Quetzal Rodríguez | Infografía: LM   
"…Boetticher ideó la esta obra como un homenaje al torero mexicano..."
Nos encontramos ante un documental sobre el toreo y rejoneo, en suma a la figura de un matador de toros emblemático dentro de la fiesta de los toros en México, Carlos Ruiz Camino, mejor conocido como Carlos Arruza, pieza dirigida y producida por su íntimo amigo norteamericano Budd Boetticher.

La película comienza con una introducción al arte del rejoneo, que el propio Boetticher conoce bien, ya que se dedicaba a criar caballos lusitanos y a hacer exhibiciones de toreo ecuestre en su domicilio de California.

Boetticher ideó la esta obra como un homenaje al torero mexicano que empieza cuando, tras cortarse la coleta, Arruza se siente aburrido e inquieto y decide volver a los ruedos como rejoneador, gracias a que era un consumado jinete. Se entrena con tal dedicación, que su mujer Mari, que se interpreta a sí misma en el filme, comentará: "En esa época solía tomar todas sus comidas de pie".

En opinión de la investigadora Muriel Feiner, Boetticher empleó unas técnicas modernas y revolucionarias para la época, como rodar simultáneamente con varias cámaras a la vez, cavar hoyos en el ruedo para filmar a nivel de la arena e incluso captar imágenes en los chiqueros, como puede verse en las transmisiones televisivas de hoy en día.

Arruza triunfa como rejoneador en todas las plazas donde actúa, pero el público teniéndole como ídolo de torero de a pie, siempre le reclama que baje del caballo para torear con la muleta y matar con la espada, a lo que accede, pero disgustando casi siempre a sus compañeros de cartel, que encontrarán imposible la competencia.

Por su parte, el crítico y especialista taurino Xavier González Fisher evocará el siguiente pasaje: "Recuerdo un pasaje en el cual el Ciclón Mexicano, ya retirado de los ruedos, recorre a caballo y vestido de charro, los cerrados de su finca de Pastejé, acompañado por su esposa. Un utrero se corta de la piara y para evitar un desaguisado, Arruza lo encela con el caballo para reunirlo con sus hermanos. Al observar esto, su mujer comenta angustiada su presentimiento de que la paz hogareña iba a estar en peligro".

Siempre buscando retos para, según él, dar motivación a su vida, decide debutar en la Plaza México como rejoneador, ya que toreó su última corrida en este escenario, y cortó las cuatro orejas y rabo de sus toros. Triunfa de nuevo, pero dos semanas después, el 20 de mayo de 1966 muere en un accidente de carretera.

Boetticher confiesa en su libro "When is in Disgrace" que había pasado de todo para filmar y producir esta película, pues se encontró en la bancarrota varias veces, enfermó, su mujer le abandonó y hasta terminó en la cárcel. Y a falta de unas semanas para terminar el rodaje que incluían escenas íntimas en la finca con su mujer y sus hijos, el director perdió a su protagonista de manera trágica.

Este documental fue narrado por Anthony Quinn en la versión inglesa y por Carlos Montalbán, hermano del actor Ricardo Montalbán, para el idioma español. La película terminará con éstas palabras: "Nadie muere realmente, hasta que la última persona que le recuerda muere también”.

Bibliografía:

Boetticher, Budd. "When is Disgrace". Editorial Neville. Santa Bárbara. 1989.

Feiner, Muriel. "Los toros en el cine". Alianza Editorial, Madrid, 2004.

González, Fisher, Xavier. "Torero y Arruza, dos grandes exponentes de cine taurino", Detrás de Cámaras, Aguascalientes, 2007.


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