Quizá lo más significativo es que no ha tenido fiebre, y la herida comienza a cicatrizar de manera favorable. Y aunque por ahora todavía tiene cierta dificultad para mover los dedos de la pierna derecha, seguramente conforme vaya cediendo la inflamación del miembro consiga aumentar su movilidad.

Arturo deberá permanecer 40 días con la escayola hasta que suelde el peroné que fracturó el toro de la ganadería de Pallarés en el momento del derrote, y es esto lo que más le ha pesado del percance, pues está acostumbrado a sanar rápidamente de las cornadas, pero las fracturas requieren más tiempo y de distintos cuidados.

En estos días se han acercado a la clínica muchos amigos. Desde el primer momento ha estado asistido por la familia de su esposa Esther, que está en Aguascalientes al cargo de sus pequeños hijos. Su amigo, el matador Paco Ureña, que también mejora de la fuerte cornada sufrida hace algunos días, ha sido otro de los que han estado al pendiente y lo ha visitado varias veces, así como los miembros de su cuadrilla y demás personas cercanas.