Después de un breve receso en que la actividad taurina se redujo considerablemente, a partir de este fin de semana comienza la recta final de la que se suele considerar como la temporada 2018-2019, que había empezado en el pasado mes de agosto con las ferias de Teziutlán, Huamantla y San Luis Potosí, respectivamente.

Y este período ahora se va a prolongar hasta bien entrado el mes de junio, con la celebración de la Feria de San Juan del Río, que el año anterior no se llevó a cabo en unos días época en que se disputaba el Mundial de Fútbol y la campaña electoral para la elección presidencial estaban en boga.

Ahora habrá más festejos, por fortuna, en este tramo de la temporada, y para muestra es la nutrida actividad programada en torno a la Semana Santa, que en este 2019 ha llegado hasta después de la segunda quincena de abril por aquello del calendario litúrgico.

La fecha más emblemática es la tradicional corrida del Domingo de Resurrección de Sevilla con la que se pone en marcha la temporada en la Maestranza, que este año ha programado un cartel de lujo conformado por El Juli, José Mari Manzanares y Roca Rey, con un encierro compuesto por dos ganaderías: Victoriano del Río y Toros de Cortés.

Pero aquí en México, la actividad alrededor de la Semana Santa siempre ha tenido su epicentro en la Feria de Texcoco. Sin embargo, este año también tocará a la de Aguascalientes, que el Sábado de Gloria ofrecerá la novillada de triunfadores en la plaza "San Marcos", y el domingo tendrá su primera corrida en la monumental.

Y ahora también se celebrará coincidiendo con la apertura de la Feria de Puebla en la plaza de toros "El Relicario", que desde el año anterior fue rescatada para ser el escenario taurino de la ciudad, mientras que en la región del altiplano también habrá toros en la plaza Jorge "El Ranchero" Aguilar de Tlaxcala.

A toda la actividad que habrá se suman festivales benéficos en San Miguel de Allende y algunos otros más de aficionados prácticos, de tal suerte que este fin de semana participarán toreros de a pie, de a caballo, como en Ciudad Juárez con una corrida de rejones, lo que representa un amplio abanico de posibilidades para los aficionados de diferentes regiones del país.

La fiesta de los toros sigue siendo una tradición cultural de hondas raíces, que mantiene una estrecha vinculación al calendario religioso, en una demostración de un sincretismo que forma parte de la idiosincrasia de los mexicanos desde hace varios siglos.