Este 2018 que está a punto de terminar dejó, entre otras muchas anécdotas y experiencias, el final de mi ciclo en el ambiente de los toros, luego de 11 años de dedicar mi vida a la comunicación taurina y lograr forjarme un respeto en este complicado mundo.
Y aunque aquí nos seguiremos leyendo cada sábado hasta que sea posible, desde hace un par de meses ya no estoy inmerso en la vorágine informativa del día a día, ni acreditado como medio de comunicación en los eventos y festejos taurinos.
Ahora dedico casi por completo mi tiempo a la otra pasión -que además de la comunicación- ha dado sentido a mi vida, como lo es la docencia a nivel superior, tanto en la Universidad Panamericana como en la Escuela de Periodismo "Carlos Septién García".
Espero pronto estar de regreso en el ámbito de las Ciencias de la Comunicación, dentro de ambientes diferentes a la Fiesta Brava, donde viví una auténtica escuela de valores y fue universidad de la vida. Me voy a agradecido, ni duda cabe, pero estoy convencido que los ciclos también se cierran y tengo muchas otras inquietudes profesionales.
Lo anterior no quita que, si se da la invitación, pueda darme "las tres" en alguna transmisión radiofónica o televisiva para aportar mis conocimientos acerca de esta apasionante materia. Lo que más disfruté de mi trabajo siempre fue narrar, ¿para qué lo voy a negar?
La publicación de mi libro "Conceptos Taurinos" fue una estupenda "cereza en el pastel" para mi trayectoria en los toros, pues la primera edición se agotó por completo y generó una expectación que me llevó a presentarlo en 12 diferentes ciudades de la República Mexicana.
Y aunque por distintas circunstancias el sabor es agridulce ante esta partida, lo hago con la cara en alto y la satisfacción de siempre haber sido honesto y profesional a carta cabal. Muchas gracias a todos. Y aquí seguimos escribiendo cada sábado... ya desde el punto de vista de un aficionado.
¡Feliz 2019!