...Labor que exigió un dedicado camino de investigación, así como...
Con motivo de la celebración del XXIII Congreso Internacional de Cirugía Taurina y las XXX Jornadas nacionales de cirugía taurina, a desarrollarse del 24 al 28 de octubre de 2018 en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Y en particular en el Hospital Civil "Doctor. Juan I. Menchaca", habrá sinnúmero de actividades académicas, donde ponentes y asistentes compartirán distintos temas que aluden el caso peculiar de los percances que enfrentan todos aquellos que se desempeñan en el ámbito taurino.
Un evento previo "abrirá plaza" la noche del 24 de octubre, con la presentación del libro Historia de la cirugía taurina en México, cuyos autores son el doctor Raúl Aragón López, médico cirujano ortopedista, y José Francisco Coello Ugalde, Maestro en Historia. Lo anterior se desarrollará en el Palacio del poder judicial del estado av. Hidalgo 190 en el centro de la ciudad a partir de las 20 horas.
Este volumen se convierte en un esfuerzo más en el que Fomento Cultural Tauromaquia Hispanoamericana –FCTH- estimula la cultura taurina. La presente edición, cuidadosamente trabajada e ilustrada va de la mano con las actividades del Congreso y las Jornadas, pues tiene el referente de ser una obra que se publica a más de 40 años de distancia de otro libro. Me refiero a Traumatología taurina, dada a conocer en 1974, y cuyo autor fue el reconocido médico cirujano Xavier Campos Licastro (q.e.p.d.).
Con tal motivo, me gustaría compartir con los lectores la INTRODUCCIÓN de este volumen para que conozcan el alcance que los autores nos propusimos.
La medicina en todas sus expresiones, ha estado presente desde que el hombre, en sociedad se enfrentó a la necesidad de curar enfermedades que otros integrantes presentaban ya fuese por razones externas e internas, de edad o de todas aquellas circunstancias que las causaran. Vino con el tiempo el estudio, aplicación y especialización que incluían intervenciones quirúrgicas así como el uso de las más avanzadas tecnologías.
En ese sentido, la tauromaquia no ha escapado a dichas bondades, ya que todos sus integrantes o actores, han sido o son susceptibles de recibir diversos percances que han puesto en riesgo sus vidas. Determinadas muertes, cornadas y otras heridas, que generan la intervención de médicos, enfermeras y todos los servicios en torno a ello, así como las visiones reglamentarias o sanitarias que son obligatorias en estos casos, han permitido que esa comunidad se vea respaldada, garantizando así un servicio apropiado. Si bien todavía es posible observar fallas, o ausencia de tal circunstancia en algunos casos, la tendencia es lograr en forma por demás completa tal prioridad.
A continuación, los autores procuraremos mostrar un panorama sobre lo que fue y es, hasta hoy este capítulo, no siempre grato, pero del que se han aprendido lecciones importantes, por un lado. Y se ha creado todo un "mito" alrededor de tantos casos que han llegado a convertirse en auténticas leyendas, por otro.
Valiéndonos de las fuentes que existen para el caso, se recogerán las noticias y los datos más pertinentes, con objeto de someterlas a su riguroso análisis, del que seguramente se obtendrán valiosas reflexiones, y sus consiguientes resultados. Por tal motivo, es que en el presente trabajo, se incluirán aquellos registros notoriamente documentados, con objeto de que sirvan –en buena medida-, como sustento a este propósito, quedando fuera todos aquellos que, por su circunstancia anecdótica, pero sin los datos que exige nuestra intención, no cumplan tal cometido.
En su momento, las oportunas apreciaciones del doctor Raúl Aragón López serán de enorme utilidad, sobre todo cuando se necesita una explicación eminentemente médica para conseguir, en este caso, la mejor visión de las cosas. A su vez, la parte histórica, estará a cargo de José Francisco Coello Ugalde, Maestro en Historia.
Este trabajo que ya se ve, tiene su fuerte carga de historia junto con el lenguaje así como el hacer y el quehacer médico, se realiza con el propósito de rendir homenaje a los galenos o cirujanos que dedicaron su vida, sus conocimientos y destrezas quirúrgicas a la atención de las heridas por cuerno de toro.
Por otro lado, queremos reconocer desde aquí al Hospital Juárez de México, como centro de atención médico-quirúrgica, fundamentalmente la destinada a los toreros heridos en la Plaza El Toreo de la Condesa, de la Ciudad de México. Allí estuvieron presentes un grupo de médicos notables que dedicaron su experiencia en lo particular, a la operación y curación de toreros. Entre otros, se encuentran los siguientes: Carlos Cuesta Baquero, Francisco de Paula Millán, José María Gama, Rosendo Amor Esparza, Tarquino R. González, José Rojo de la Vega y Javier Ibarra Montes de Oca. Conviene recordar que este Hospital se fundó el 16 de agosto de 1847 al librarse una orden para que "se ponga a disposición del Excmo. Ayuntamiento de la Ciudad de México el local del Colegio de San Pablo, el que ha sido destinado para hospital", siendo el General Manuel Lombardini, Jefe del Ejército de Oriente quien giró tal orden. Bajo ese propósito, se procedió a improvisar el hospital de sangre.
Los claustros se convirtieron en enfermerías, "cerrándose con adobe los arcos de los corredores;" y mediante otra orden del general Lombardini, se usó parte de la madera de la plaza de toros contigua al nominado colegio. Con vigas y puertas de las lumbreras se improvisaron las camas que sirvieron para atender a los heridos de la famosa batalla de Padierna, sostenida entre las fuerzas invasoras norteamericanas comandadas por el General Winfield Scott y las fuerzas nacionales mexicanas dirigidas por el General Gabriel Valencia. Se da como fecha de apertura del hospital el 20 de agosto de 1847, día que se reciben los primeros heridos.
Del mismo modo, el agradecimiento se extiende al sanatorio del doctor Javier Ibarra Montes de Oca, ubicado en la calle de Salamanca, frente a la plaza de toros "El Toreo"; el Hospital "Francés" localizado en la colonia Doctores, al Sanatorio Ramón y Cajal, ubicado en la colonia del Valle, donde operaban doctores como Javier Rojo de la Vega, Tirso y José Cascajares. Al Sanatorio de los Toreros Santa María de Guadalupe, hoy Sanatorio Moisés Lira, ubicado en el cruce de las calles de Boston y Cincinnati, Col. Nochebuena, Alcaldía Benito Juárez.
Este nosocomio fue inaugurado por el entonces secretario general de la Unión Mexicana de Matadores y Novilleros el matador Luis Castro "El Soldado" un 11 de junio de 1947. Recordamos la "Central Quirúrgica", ubicada muy cerca de la célebre fuente de la "Cibeles" en la colonia Roma, donde operó el doctor Xavier Campos Licastro. La "Clínica Londres", donde intervino el doctor Antonio Salcedo Coppola, al "Hospital ABC" y al "Hospital Ángeles Mocel", donde realiza cirugías el doctor Rafael Vázquez Bayod, y al "Sanatorio Durango", donde trata quirúrgicamente las heridas por cuerno de toro, el doctor Jorge Uribe Camacho…, así como todos aquellos espacios donde la humana presencia de médicos y enfermeras han salvado la vida de otros tantos protagonistas que, por circunstancias muy especiales, decidieron tomar el camino de la tauromaquia.
He aquí pues, un trabajo de novedosa temática y manufactura que concebimos bajo la idea de que se convierta en una valiosa aportación, debido a que se encuentra reunida en una sola obra tal cantidad de información que atiende casos tan particulares como los de percances y heridas, a saber: varetazos, puntazos y cornadas (cerradas y abiertas), curaciones, cirugías, etc. Labor que exigió un dedicado camino de investigación, así como de la interpretación científica que supone la lectura del médico o cirujano, aderezada con su respectivo tratamiento histórico. No olvidamos que se incluye una rica e importante selección iconográfica, la cual es un valioso ingrediente, por eso su abundante presencia.
Agradecemos el interesante trabajo que el doctor Pedro Martínez Arteaga aporta a este propósito editorial y donde es posible, gracias al necesario equilibrio de fuerzas, comprender qué pasa con "La cinemática del trauma en las cornadas propinadas por el toro de lidia".
Es importante advertir que esta obra considera las etapas del virreinato, siglo XIX, XX y XXI, con todos sus complementos tal cual se podrán conocer en el índice correspondiente. Destacamos los casos documentados, así como aquellos registros que fueron localizándose a lo largo de esta investigación. A lo anterior, debemos advertir la presencia de un Glosario que abarcan términos médicos y taurinos.
No quisiéramos terminar sin agradecer desde aquí la colaboración de Gastón Ramírez Cuevas, taurino si los hay, y cuyo "avío" consistió en la traducción de algunos textos originalmente escritos en francés, y que desvelan, al menos así podemos concluir, el primer caso de heridas por cuerno de toro cuya atención derivó en un informe que se remonta al año de 1864. Del mismo modo, nos sentimos afortunados en haber recibido el apoyo de Fomento Cultural Tauromaquia Hispanoamericana, a cuyo frente se encuentra D. Juan Pablo Corona Rivera. A Óskar Ruizesparza por todos sus comentarios, apreciaciones artísticas y mediación para publicar este libro. Al doctor José Luis Martínez Rodríguez, anestesiólogo de la plaza de toros de "San Marcos" y la "Monumental", en Aguascalientes.
Finalmente, destacamos el apoyo del doctor Pedro Martínez Arteaga, Médico Veterinario Zootecnista, quien ha manejado por muchos años una serie de técnicas que complementan, entre otros aspectos, la cinemática del trauma (binomio toro-torero).
Los autores, doctor Raúl Aragón López, y Maestro en Historia José Francisco Coello Ugalde.