Los carteles de Aguascalientes ya están en la calle, y a diferencia de otros años, se trata de una feria muy abierta porque incluye una amplia oferta de toreros para todos los gustos. Y la noticia más atractiva es la reaparición de Enrique Ponce, que no torea en este escenario hace 13 años.

Curiosamente, el número considerado de la mala suerte favoreció al maestro valenciano, que después de 28 temporadas en activo aún conserva intacto su caché y mantiene una afición desbordante. Sólo esperemos que la elección del ganado de sus dos tardes haya sido la correcta y su regreso a la Monumental cumpla con la expectación generada.

Salvo los dobletes que harán el propio Ponce, El Juli, Roca Rey, Joselito Adame y Sergio Flores, el resto sólo actuarán una tarde, como Diego Silveti, no obstante que fue uno de los grandes triunfadores del año pasado al haber indultado el bravo "Tío Julio" de Jaral de Peñas, que le pegó una fuerte cornada.

Se echa en falta la presencia de Diego Urdiales, que cuajó una faena de altos vuelos a un toro de regalo, mientras que la contratación de Antonio Ferrera reviste interés y tiene visos de ser la puerta de entrada a otras plazas del grupo.

El cartel del festival en homenaje a Miguel Espinosa "Armillita" es un auténtico lujo, y seguramente la plaza "San Marcos" será insuficiente para dar cabida a quienes no querrán perderse la actuación de ese ramillete de maestros y el recital de toreo que darán en la noche del Día del Niño. 

La despedida de Juan José Padilla y El Conde, que comparten créditos con El Zapata, también tiene su miga. Porque ver a toreros tan profesionales que rebasan la cuarentena, y que han tenido escasas ocasiones de torear en esta plaza, reviste un interés especial en este cartel de banderilleros.

La alternativa de José María Pastor hubiese tenido más relevancia en un cartel más rematado, sobre todo porque el novillero de dinastía hizo méritos suficientes para ello al haber toreado en las plazas más importantes de México y hasta Las Ventas de Madrid y sin ayuda de nadie. Y la de Javier Castro se antoja demasiado forzada, pues tiene un año sin torear y se va a doctorar con un solo toro, en un festejo de siete espadas.

En el renglón ganadero resulta interesante la contratación de un encierro de José María Arturo Huerta, que ha sido el triunfador de la temporada pasada en la Plaza México.

Y como ocurre en estos casos, no queda sino conceder el beneficio de la duda y tener confianza en que las cosas van a salir bien, porque Aguascalientes y la afición se lo merecen, especialmente en esta feria en la que se cumple el aniversario 190 de su fundación.