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Efemérides: Zotoluco confirma en Madrid

Sábado, 24 Mar 2018    CDMX    Jorge Raúl Nacif | Foto: Toreros Mexicanos   
El 23 de marzo de 1998 . en Las Ventas

Fue la tarde del 23 de marzo de 1998 cuando Eulalio López "Zotoluco" pisó por vez primera el ruedo de Las Ventas de Madrid, lo que significó su confirmación de alternativa en la capital de España y el inicio de una etapa importante para el mexicano del otro lado del Atlántico.

Vistió de grana y oro Zotoluco en aquella relevante ocasión cuando se lidió un encierro serio y de gran trapío de Conde de la Maza, astados duros en cuando a su comportamiento y que resultaron buena prueba para el oficio y valor del torero nacido en Azcapotzalco.

La ceremonia de cesión de trastos fue encabezada por Manolo Sánchez, en presencia de Óscar Higares, un cartel ciertamente modesto pero que marcó un punto de partida en la carrera de Eulalio, que probaba fortuna en España luego de, poco a poco y con base en una férrea lucha, comenzar a figurar en el escalafón azteca.

Para los datos estadísticos, el toro de la confirmación se llamó "Aguardiente" y pesó 530 kilos. Tras liquidar a este ejemplar escuchó sinceras palmas por parte del público, mientras que a la muerte de su segundo lo sacaron al tercio a cosechar una fuerte ovación, premio a la garra demostrada.

Rescatamos un fragmento de la crónica publicada en el Diario ABC sobre la actuación del mexicano en Las Ventas de Madrid:

"El mexicano Zotoluco, que confirmaba alternativa, derrochó valor y decisión con el astifino primero de la tarde. El toro del Conde de la Maza manseó en los primeros tercios y llegó a la muleta con la cara a media altura y cabeceando. Zotoluco anduvo templado y muy seguro cuando exprimió lo poco que dio de sí su enemigo, que terminó quedándose pronto a mitad de la suerte. No mató bien.

"Nos sorprendió de nuevo el valor y la decisión del mexicano con el cuarto, al que le robó algunos muletazos de largura por ambos pitones. Pequeñito, pero matón, nos salió el `manito´, que anda muy firme y muy seguro. Antes, Boni se asomó con los palos al balcón y, aunque no clavó bien, se desmonteró. Nos interesó mucho el toreo de Zotoluco".

Por su parte, Joaquín Vidal escribió lo siguiente en El País un día después del festejo:

"A los diestros que inauguraban la temporada venteña, en cambio, no les dio soponcio alguno. Que los torearan bien o mal es distinta cuestión. Zotoluco, con el lote menos manejable, estuvo entero y verdadero; cruzándose para tirar de las embestidas renuentes, aguantándolas no importaba si venían inciertas y no desdeñando el toreo al natural, en el que se empleó con denuedo.

"El problema de Zotoluco, un mexicano de casta torera, pundonoroso y valiente, fue que sus meritorias faenas se acogieron con frialdad. Torero sin nombre, el triunfalismo no lo valora. Al conocido, sí. A Manolo Sánchez, que conserva cartelillo, le jalearon unos redondos excelentes de su primera faena y menos los restantes porque el diestro iba perdiendo quietud y templanza".

Esta buena actuación durante la tarde de ratificación de doctorado le valió a Zotoluco repetir en este escenario, lo que aconteció el 10 de mayo de ese año 1997, durante la Feria de San Isidro, y resolvió con capacidad las complicaciones de los toros de José Escolar.


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