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Efemérides: Ferrera, 20 años como matador

Jueves, 02 Mar 2017    Ciudad de México    Jorge Raúl Nacif | Foto: Archivo   
El hispano se doctoró la tarde del 2 de marzo de 1997

La tarde del 2 de marzo de 1997 se doctoró el matador hispano Antonio Ferrera, suceso del que se cumple la segunda década y que tuvo verificativo en la plaza de la ciudad de Olivenza, Badajoz, dentro de sus tradicionales festejos de feria a inicios de la temporada europea.

Aquel día, Ferrera recibió los trastos de manos del maestro valenciano Enrique Ponce, en tanto que como testigo de la ceremonia fungió Pedrito de Portugal, delante de una corrida de Victorino Martín.

El ejemplar de la ceremonia de alternativa llevó por nombre "Embocado" y el toricantano le cortó las dos orejas. Ante el sexto de la tarde volvió a armar un lío y terminó por desorejarlo, de tal forma que saldó el día de su alternativa con un triunfo de cuatro apéndices.

Nacido en Ibiza (Islas Baleares) el 18 de febrero de 1978, Ferrera debutó como novillero sin caballos en Dax, Francia, el 15 de agosto de 1993, y ya con los de lo castoreño hizo lo propio en Zaragoza, España, la tarde del 5 de febrero de 1995, junto a Mari Paz Vega y el francés Luisito.

Ya desde aquellos momentos se mostraba como un diestro variado y espectacular, además de bullidor y pirotécnico con las banderillas, haciendo quiebros, galleos y violines.

Luego del doctorado, Antonio Ferrera ratificó en la capital de España, Las Ventas de Madrid, durante la corrida celebrada el 28 de mayo de 1999. Fue su padrino Miguel Rodríguez y el testigo Javier Vázquez, delante del toro "Viñatero", de Carriquiri,

De Madrid abrió la Puerta Grande el 17 de mayo de 2002, al cortarle las dos orejas a un toro de la ganadería de Carriquiri, mismo día en el que El Fandi confirmó la alternativa de manos de Luis Francisco Esplá y con el testimonio del propio Ferrera.

En la Plaza México confirmó el 11 de noviembre de 2002,con toros de Carranco y apadrinado por Miguel Espinosa "Armillita", atestiguando la ceremonia Leopoldo Casasola. Aquel día dejó una buena impresión y dio vuelta al ruedo luego de pinchar una faena de oreja.


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