La muerte del matador Manolo Espinosa "Armillita" ha causado pesar entre la gente del toro, aquellos que fueron más cercanos, y en las siguiente información agrupamos los comentarios de varios de ellos, de los que se puede desprender más detalles de su forma de ser como persona y torero.
Fermín Espinosa "Armillita" (matador de toros):
"A mi hermano Manolo lo admiraba mucho desde chico, cuando quería ser torero y él venía a casa a visitar a mi padre. Siempre le profesé un gran cariño y me gustaba mucho hablar con él porque nos entendíamos en el mismo idioma. Era muy agradable escucharlo para aprenderle cosas. Y como persona siempre me causo admiración su forma de hacer relaciones y de estar pensando en negocios nuevos. Hace apenas dos semanas estuvimos con él en su casa y le echó unas vacas a Fermincito y a José Garrido. Lo noté muy contento. Le encantaba el campo y estar en el ambiente taurino. Contra su enfermedad luchó sin quejarse, con una gran entereza hasta el último día. Lo vamos a extrañar mucho”.
Jesús Solórzano (matador de toros):
"Por mediación de Rovira, Manolo Chopera nos contrató para torear en Lima, y nos presentamos juntos en la plaza de Acho con mucho éxito. Ahí se vistió de luces por primera vez en su vida, le vi una gran facilidad y con una buena cabeza de torero. Salimos a hombros los dos al final de la lidia de los novillos de Chuquisongo. Y fue precisamente en ese viaje a Perú, en una fiesta campera, donde sufrió el percance del hombro del que nunca quedó bien. Lo agarró un toro de esos criollos, de más de 500 kilos, y le dio una fuerte voltereta de la que cayó mal. Luego hicimos empresa en varias plazas toreamos muchos años y fuimos socios en la plaza de Cancún. Hace poco hablé con él y no me comentó que hubiera estado tan delicado en los últimos días, antes de esta recaída. La amistad que tuvimos la heredamos de la gran amistad que existió entre mi padre y el maestro Fermín".
Víctor Galindo (apoderado):
"Para mí fue como un hermano mayor, un gran ejemplo en todos los aspectos, porque era una persona que te alentaba a luchar, a no rendirte, a trabajar mucho, a obligarte a hacer las cosas bien, lo mejor posible y entregarte. Y como torero, yo siempre lo consideré como un gran torero, porque sabía mucho de toros y tenía una afición impresionante. Tengo mil anécdotas con él porque hicimos muchas ferias juntos cuando lo apoderé, y convivimos de manera muy estrecha, tantas y tantas horas. El domingo pasado me habló una hora antes de que comenzara la corrida de Miguel Ángel Perera, con el que estaba yo en el callejón de La México, para desearme suerte. Su voz estaba quebrada completamente y le estaba costando mucho trabajo hablar. Eso era un ejemplo de su inmensa afición, porque a pesar de estar tan enfermo seguía pensando en los toros, en la Fiesta. Me pesa mucho su muerte, pero me quedó con sus enseñanzas. Como amigo y como torero".
Carlos Abella (escritor)
"Manuel Espinosa me llamó hace un par de semanas y ya noté su voz debilitada por la enfermedad; respondía a un correo electrónico que le había remitido hacía unos días y que Karla –su gran mujer– me anunció quería contestar de viva voz. Al colgar ya pensé en su cercano final. He apreciado mucho al hombre Manuel Espinosa, porque yo no conocí al torero. Elegante, con buen criterio en todo, comprensivo y gran aficionado. Fui su invitado en el último mes de enero en su rancho de Aguascalientes, aprecié su hospitalidad y juntos disfrutamos muchas tardes llevados de nuestra pasión taurina, y visionamos películas de los grandes del toreo que los dos admirábamos: Manolete, Carlos Arruza, Silverio Pérez, Luis Procuna, Paco Camino, Manuel Capetillo o José Tomás, con el que mantenía un fecunda amistad, y por supuesto de su padre, el inolvidable y legendario don Fermín Espinosa. Y también de la estrecha y hermosa amistad que hubo siempre entre la dinastía Armillita y la de los Dominguín, y en concreto entre él y Luis Miguel. Esta madrugada española, cuando su esposa Karla me enviado un breve mensaje con la triste noticia de su fallecimiento he evocado cuantos buenos y grandes momentos hemos disfrutado juntos en esta vida. Con ese sentimiento, envío un gran abrazo a Karla, a sus hijos Jan y Axel, a sus hermanos, mis queridos Miguel y Fermín, y a toda la afición de México. Descanse en paz.
Pepe Marrón (ganadero):
"Nos conocimos hace más de veinte años y fue una de las personas que más me ayudaron a construir la ganadería. Fue un amigo en toda la extensión de la palabra. Sabía escucharte como nadie y siempre contabas con él. Toda la vida me pareció una persona positiva, y al final fue un guerrero porque peleó contra el cáncer durante más de 16 años y nunca se quejó, siempre veía para adelante, amaba la vida. y la disfrutó a tope con un gran entusiasmo. Todavía hace unos diez días me pidió prestado un semental para sus vacas, síntoma de su actitud ante la adversidad, y mirando siempre para adelante. La verdad lo voy a echar de menos. Hasta luego Manolo, no te olvidaré".
Jorge Medina (ganadero):
"Manolo fue fundamental para formar la ganadería, ya que me apoyó mucho desde que se enteró que tenía el rancho y, de hecho, me relacionó con Pepe Chafik y Marcelino Miaja, y así me hice de ganado, también de Santa Coloma. Como dato anecdótico, Manolo dio el primer capotazo en la placita de tientas de la ganadería, una larga cambiada de rodillas a la primera vaca tentada. Hablé con él todavía hace algunos días y tenía ilusión de mirar el encierro que envió para Calvillo".
Fabián Barba (matador de toros):
"Fue precisamente en su casa donde toreé por primera vez en mi vida. Tenía entonces seis años, y todavía conservo el pantalón manchado de sangre de aquel día. Me acompañó en mis inicios como novillero a Portugal, Francia, España, Perú y Colombia. Recuerdo que en España, después de ir a un tentadero, veníamos en la carretera ya de noche y nos detuvo la Guardia Civil durante casi cuatro horas porque pensaban que el coche que traíamos era robado, y hasta que no pudimos comprobar que era un rentado, nos dejaron ir. Eso no se le olvidaba al maestro. Él fue una pieza clave para mí confirmación en Madrid. En los momentos más difíciles de mi carrera y de mi vida personal siempre estuvo presente, siempre después de cada corrida recibía una llamada de él. En este último año las invitaciones a Bóvedas que recibía de él eran para pasar tiempo juntos, veíamos toros, comíamos, platicábamos. Fue una amistad muy estrecha, a tal grado que mi hijo Joaquín ya lo veía como si fuera su abuelo. Lo voy a extrañar mucho, sin duda".
Antonio Urrutia (matador de toros):
"Lo traté bastante y tentamos mucho juntos en varias ganaderías. Me lo encontraba con frecuencia en las asambleas de los ganaderos y en muchas plazas de toros. Siempre andaba en el ambiente taurino y cuando platicabas con él te contaba cosas interesantes. Me trataba con mucho afecto, lo cual yo siempre le agradecía. Al final tuvo un detalle muy bonito. Hace poco su hermana me entregó unos carteles de su parte, donde aparece su nombre al lado del de mi padre en un festival que torearon juntos hace muchos años, así como unas fotos de mi papá. Y a mí me pareció un detalle muy bonito de su parte, de haber guardado esos recuerdos que para mí valen oro".