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El comentario de Juan Antonio de Labra

Jueves, 10 Nov 2016    Ciudad de México    Juan Antonio de Labra | Opinión   
Los toreros jóvenes mexicanos tienen la obligación de consolidarse
La Temporada Grande está a punto de arrancar. Es momento de ver si los toreros de la nueva generación, capitaneados por Joselito Adame, dan el nivel que se espera, y algunos de ellos, espolean al de Aguascalientes, que sin duda está decidido a mantener su jerarquía a cualquier precio.

Sería muy importante que El Payo, Juan Pablo Sánchez, Arturo Saldívar, Diego Silveti o Sergio Flores, por mencionar sólo a los que más torean, se sumaran a ese carro con la misma fuerza que lo impulsa Adame, y entonces sí, la rivalidad entre unos y otros generaría un mayor interés de la afición, como hace tiempo no ocurre, a fin de que aumentaran sus respectivos partidarios. Y en medio de ese afán por ser el mejor y no dejarse ganar la pelea, el posicionamiento de esos otros espadas que gravitan alrededor de Joselito, podrían consolidarse.

Uno de los que se encuentran al acecho del privilegiado lugar de Adame es precisamente El Payo, ya que se trata de un torero con un concepto del toreo que ha ido evolucionando, y que tras haber tocado fondo en Madrid, ha ido buscando nuevos caminos expresivos. La raza del queretano se ha ido transformando en serenidad delante de la cara del toro; en una forma de estar en la plaza y de sentirse torero cuya tauromaquia está dejando huella.

Y ahora, después de esa breve campaña española, en la que apenas toreó nueve corridas en los pueblos, quizá no tuvo de cara al público mexicano, pero sí que la tuvo para él, porque la llevó a cabo con la plena convicción de no quedarse parado en los meses de menos actividad taurina en México, y seguir mentalizado. El Payo estuvo concentrado y viviendo en torero en España, acompañado de su cuadrilla, lo que habla de categoría.

Así que el momento por el que atraviesa Octavio debe llevarlo este año a ocupar el lugar que está buscando, y sería atractivo que fuera al lado de Joselito Adame, ya que las tauromaquias de ambos se complementan, y entre los dos podría surgir una auténtica rivalidad y no sólo de "papel".

Juan Pablo Sánchez es el que menos ha toreado, pero ahora, cada vez que lo hace, envía el mensaje de que lo suyo va en serio. Y ha sido la plaza de Guadalajara la que ha incidido en este positivo avance en su carrera. Con una sola tarde en esta parte de la campaña capitalina, Sánchez tendrá una sola carta para jugar, pero seguramente eso no será óbice para apostar fuerte.

Arturo Saldívar también está obligado a triunfar y, más que eso, pues anteriormente ya lo ha conseguido, a no estancarse y seguir creciendo como torero, y tiene posibilidad de hacerlo con autenticidad, marcando diferencias, pues se apuntó a una ganadería que ha estado matado con frecuencia en cosos de provincia: José Julián Llaguno, que vendrá con una señora corrida de toros en memoria de ese ganadero tan ranchero y tan humano como lo fue don Pepe.

Tampoco se puede descartar el hecho de que alguno de los otros toreros jóvenes, como Sergio Flores o Juan Pablo Llaguno, den un campanazo. El tlaxcalteca ratificaría sus triunfos recientes en este escenario, mientras que el queretano daría un agradable impulso a su carrera. Se trata de otros dos espadas cuyos estilos vienen a enriquecer la actual baraja taurina mexicana.

Fermín Espinosa “Armillita IV” tiene la asignatura pendiente de justificar su presencia en el ciclo, ya que el año anterior toreó tres tardes con el decidid apoyo de la empresa anterior y no pasó nada. En sus manos está la posibilidad de imponerse a sus detractores, y dar satisfacciones a los miles de admiradores de su dinastía. Él lo sabe.

Y fue una lástima que Luis David Adame se fracturara el sábado pasado en Aguascalientes, pues era otra de las cartas interesantes de la campaña, mientras que Diego Sánchez y Gerardo Rivera, dos de los más bisoños, tendrán ocasión de mostrarse en la tarde de sus respectivas confirmaciones de alternativa.

Por su parte, los toreros extranjeros de nuevo cuño como Roca Rey, que en su confirmación del año pasado apuntó cosas muy buenas, ahora viene más maduro y con la moral a tope tras el mano a mano con El Juli en Lima, y este tipo de triunfos siempre ayudan a no detenerse, a seguir dando noticias.

De los otros jóvenes españoles como José Garrido y Ginés Marín también es pueden esperar cosas buenas, pues no sólo cuentan con el gran aliciente de ser novedades, sino que son conscientes de que para funcionar como se debe en plazas de México, es necesario triunfar en el coso de Insurgentes.

Así que la Temporada Grande de la Plaza México, que comienza este sábado, no sólo será un reto para la nueva empresa, sino también para los toreros de aquí y de allá, aderezada con la presencia de las figuras ultramarinas, que siempre están dispuestas a dejarse la piel en un coso donde los triunfos dan caché. Y más ahora, con una afición globalizada, que estará pendiente de lo que ocurra en las próximas semanas en esta gran capital taurina.


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