Han pasado 15 años desde el 2 de agosto de 2001, cuando murió el siempre bien recordado taurino Jesús "El Ciego" Muñoz, uno de esos personajes irrepetibles de nuestra Fiesta brava mexicana y fundador, entre muchas otras actividades, de la primera agencia taurina en el país.

Jesús Muñoz, nacido en Salamanca, Guanajuato, un 29 de junio de 1916, se describía a si mismo como "torero, bailarín, cómico, periodista, poeta, trovador y chupacaña". En sus años mozos quiso probar suerte en el toreo pero, al no encontrar fortuna, se fue por caminos paralelos.

Su enorme pasión por la Fiesta lo hizo recorrer muchas plazas del país. Su recia personalidad abrió un lugar de lujo en la historia de la tauromaquia mexicana y fue fuente de inspiración para Luis Spota en su libro "Más cornadas da el hambre" al personaje de Pancho Camioneto y El Ciego. También inspiró a Jorge López Antúnez en su libro "El zopilote mojado".

El Ciego fue además apoderado y siempre le tendió la mano al que llegara a su vera pidiendo apoyo. Ejerció el periodismo por más de 60 años, pero sobre todo fue un extraordinario amigo, persona noble y crismática. 

Recordamos con a este singular personaje con su desgarbada figura, enjuto de carnes, y su vestimenta sui generis, largo cabello coronado con un sombrero de palma y sus gruesos anteojos, así como su frase inconfundible: "A mí, mi luz, manito".