Efemérides: Siete años de la despedida de Rincón
Martes, 24 Feb 2015
México, D.F.
Jorge Raúl Nacif | Foto: www.semana.com
Una tarde para la historia
Un día como hoy, 24 de febrero, pero del año 2008, el maestro colombiano César Rincón dijo adiós definitivamente a los ruedos, en una corrida celebrada en la plaza "Santamaría" de Bogotá, efeméride que traemos a la memoria a siete años de distancia.
Aquella última tarde, Rincón partió plaza en mano a mano con el valenciano Enrique Ponce, ante un lleno absoluto en los tendidos. Los toros fueron de su propio hierro, Las Ventas del Espíritu Santo, y el resultado final de la corrida fue de auténtica apoteosis pues triunfó como torero y ganadero.
Y es que fueron indultados dos toros, uno a manos de Enrique Ponce y el otro que precisamente lidió el propio Rincón, cuajando faenas de estupendo calado. Además, César le cortó una oreja a su primero, y tras no tener suerte con el tercero de su lote, que se lastimó una para, regaló un ejemplar.
El toro de obsequio fue el último de su carrera y a la postre salió en volandas a lado del maestro valenciano, en un marco incomparable que ponía punto final a la importante trayectoria de la más grande figura del toreo colombiano, ante el júbilo de la afición que se dio cita.
César Rincón, nacido en Bogotá el 5 de septiembre de 1965 tomó la alternativa precisamente en la plaza Santamaría", de su ciudad natal, el 8 de diciembre de 1982, en un cartel de lujo en el que llevó por padrino a Antonio Chenel "Antoñete", mientras que José María Manzanares fue el testigo, con un encierro de Vistahermosa.
El 2 de septiembre de 1984, confirmó su alternativa en Las Ventas de Madrid, de manos de Manuel Ruiz Regalo "Manili" y bajo el testimonio de Pepe Luis Vargas, ante ejemplares de la ganadería de Lamamié de Clairac. El toro de la ceremonia llevó por nombre "Fojanero".
Antes de la confirmación en la capital española, César Rincón lo hizo en la Ciudad de México, pues se presentó en la Plaza México el 31 de julio de 1983, ante toros de Mariano Ramírez. César Pastor fue su padrino, en tanto que por testigo de la ceremonia estuvo presente Ricardo Sánchez.
La trayectoria taurina de César Rincón resultó trascendente, como la figura del toreo que llegó a ser, aunque no exenta de graves percances. El año de mayor importancia fue quizá 1991, cuando abrió en cuatro ocasiones la Puerta Grande de Las Ventas de Madrid, en un acontecimiento con tintes históricos.
Su primera puerta grande fue el 21 de mayo, al cortarle dos orejas a un toro de Baltasar Ibán, y repitió color apena un día después, desorejando a un Murteira Grave, convirtiéndose así en el máximo triunfador de San Isidro. Por tercera ocasión consecutiva sale en volandas, esto el 6 de junio del mismo 1991, en un mano a mano con Ortega Cano dentro de la Beneficencia.
Para cerrar con broche de oro aquel año, César volvió a reventar la puerta grande el 1 de octubre de 1991, en la Feria de Otoño, al cuajar y desorejar a un ejemplar de Joao Moura.
Sin embargo, no fueron las únicas puertas grandes para el maestro colombiano, pues lo volvió a hacer en 1995 y 2005. La quinta, en 1995, fue el 29 de mayo, mientras que la sexta y última tuvo verificativo el 19 de mayo de 2005, al tumbarle las dos orejas a un astado de Alcurrucén luego de confirmarle la alternativa a Eduardo Gallo.
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