En busca de la emoción de la bravura (audio)
Jueves, 16 Oct 2014
México, D.F.
Juan Antonio de Labra | Foto: JAL
Interesantes conceptos de los ganaderos en la mesa redonda
La tercera mesa redonda organizada por el grupo de los Bibliófilos Taurinos de México, resultó un éxito debido a la franqueza y disposición de los ganaderos Juan Pedro Barroso, de Jaral de Peñas, Eduardo Martínez Urquidi, de Los Encinos, y de Luis Álvarez Bilbao, de Barralva, que hablaron en el Foro Cultural Chapultepec sobre los “Nuevos encastes en el campo mexicano”.
Durante este interesante encuentro moderado por José Antonio Villanueva Lagar, cada uno explicó con detalle las importaciones que hicieron una vez que se abrió la frontera mexicana en 1995, tras medio siglo cerrada, en una labor que emprendió Martínez Urquidi para poder traer ganado de Europa y refrescar sus ganaderías.
Y esta diversidad de encastes que estamos viviendo en la actualidad, tiene en estos tres ganaderos a dignos representantes de un esfuerzo mayúsculo no sólo de ellos, sino de otros muchos, que han apostado por el refresco de sangre en un tema que, en su día, generó mucha polémica y al que se opusieron muchos ganaderos.
Al cabo del tiempo, estas cruzas han redundado en el mejoramiento de algunas divisas, el repunte de otras y la formación de divisas nuevas que confían en este banco genético que garantizará varias décadas de bravura, un elemento intangible que otorga al toro de lidia su grado de distinción entre el resto de los animales.
A lo largo de la noche, los tres ganaderos expusieron su concepto y forma en que trabajan en la actualidad con sus respectivos hatos.
Juan Pedro Barroso mantiene puro el hato de encaste Domecq para tener siempre esa esencia de la cual echar mano; hace cruzas con el ganado procedente de San Miguel de Mimiahuápam y también mantiene una línea pura de esta estirpe que tanta garantía ha conferido a lo largo del tiempo.
Eduarto Martínez Urquidi ya no lleva por separado una línea pura de Santacoloma-Buendía (vía Paco Camino), sino que trabaja por mezclar todo su ganado con el pie de cría sanmateíno (vía San Martín) con el que fundó su divisa, con el objetivo de que unas cuantas décadas no se se pueda distinguir si alguno de sus toros es español, mestizo o mexicano.
Y Luis Álvarez Bilbao pretende conservar puro y sin cruza alguna el encaste Atanasio Fernández, como un tesoro que sólo existe ya en Barralva, en virtud de la merma tan grande de este encaste en España, y llevar por separado su línea de origen San Mateo.
En este sentido, cada uno de los tres tiene bien definido el rumbo que seguirá su ganadería, pero con el denominador común de buscar el toro bravo; el toro que emocione el público y transmita a los toreros; el toro alegre, con movilidad, que permita faenas como las que gustan a los públicos de las distintas plazas de México.
A veces de acuerdo, otra en desacuerdo, los tres ganaderos contestaron con sinceridad y plantearon aspectos relevantes sobre los encastes que tienen, sobre todo aquello de que lo más importante es el toque y el gusto personal que cada uno imprime a su ganado a través de sus criterios de selección.
Asimismo, se habló de las condiciones adversas en las que el clima de México, sus suelos, sus pastos, y los ciclos pluviales, inciden en la crianza del toro, muchas veces en condiciones que no siempre son las más favorables.
Y en este sano intercambio de ideas, propiciadas por las inteligentes preguntas de José Antonio Villanueva, se complementaron con las valiosas aportaciones que hicieron varios de los aficionados presentas que exigieron compromiso y dedicación por parte de los ganaderos de México para que la Fiesta trate de reposicionarse en el gusto de las masas.
Al final de la mesa redonda, la directiva de Bibliófilos Taurinos de México, encabezada por Miguel Luna Parra, y el capítulo mexicano del Círculo de Amigos de la Dinastía Bienvenida, que preside Jorge Espinosa de los Monteros, entregaron sendos premios a los ganaderos de Barralva por el mejor encierro y el mejor toro lidiados durante la pasada Temporada Grande de la Plaza México.
Acompaña a esta nota un resumen de la edición del audio de este encuentro, que tiene una duración de 40 minutos, que nos deja muchas cosas para la reflexión, y la complicidad de un trabajo verdaderamente trascendente, laborioso y dedicado, en el que, por desgracia, no muchas veces repara el espectador que acude a presenciar una corrida de toros.
Comparte la noticia