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Especial: Reflexiones sobre un toro bravo

Miércoles, 03 Sep 2014    México, D.F.    Juan Antonio de Labra | Foto: Emilio Méndez   
Se trata de "Hechicero", lidiado por Perera en Bilbao

El toro "Hechicero", de Garcigrande, lidiado por Miguel Ángel Perera en la plaza de "Vista Alegre" de Bilbao, abre el espacio para la reflexión de lo que es la bravura, ese fundamento que otorga a este maravilloso animal la capacidad de crear un sentimiento tan grande de emoción cuando un torero lo desafía, se compenetra con él, y brilla a la altura de su comportamiento.

Es ahí cuando brota el arte del toreo, esa manifestación tan inesperada –por espontánea y colectiva– que se compone de la sintonía perfecta que emana de la bravura del toro, se canaliza a través del torero y explota en el público, que proyecta, desde el tendido, una carga de energía que se anida en el proceso creativo en el que se funden dos seres vivos: toro y torero. La bravura seguirá siendo ese misterio sobre el que se fundamenta la maravilla del toreo.

Quizá a Miguel Ángel Perera le faltó colmillo, como se dice coloquialmente, para haber contagiado al público –aún más– de la importancia de la bravura de "Hechicero", por la sencilla razón de que en España no existe esa costumbre tan manida en México de indultar toros, y mucho menos en una plaza de primera categoría, como es Bilbao.

Al margen de esta consideración, ahí queda un gran triunfo para el torero extremeño, que sin duda viene a enmarcar una de las temporadas más destacadas de su carrera, equiparable a aquella del año 2008 en que se encumbró a la primera fila del toreo.

A continuación les presentamos los comentarios de algunos de los ganaderos mexicanos que estuvieron presentes en Bilbao y que, como aficionados, y colegas de Justo Hernández, el criador de "Hechicero", tuvieron la fortuna de disfrutar en directo la lidia de tan magnífico ejemplar. Como es de suponer, las opiniones se dividen y dan pie a la polémica, vieja savia da la Fiesta. De todas ellas se extraen interesantes conclusiones.

"Es uno de los más bravos que he visto en mi vida": Eduardo Martínez Urquidi (ganadero de Los Encinos):

"El juego que dio fue excepcional. Es uno de los más bravos que he visto en mi vida. Sus hechuras, su comportamiento, la continuidad que ofreció durante su lidia, la emotividad, lo humillado que acudió a la muleta de Perera, y cómo arqueaba las manos en el galope, así como la forma de volver con la cara abajo tras rematar el pase… por todo eso fue un gran toro. A la salida de la plaza pudimos platicar con Matías, el juez de plaza, y le comentamos que el toro debería estar padreando con las vacas… El nos dijo que no lo indultó porque rascó un poquito y porque también, al terminar un par de series, salió de la muleta un tanto distraído. Creo que el toro rascó porque al principio de la faena el torero estaba fuera de su distancia; y también quizá se distrajo en ese par de ocasiones porque lo obligaron mucho, la faena había sido muy larga. Hubo un momento dado en que Perera le quitó la muleta de la cara y la faena perdió ritmo, y quizá el toro también lo perdió, pero creo que una vez que Perera volvió a adquirir ese ritmo, la faena fue excepcional. Y todavía al final le costó trabajo matarlo porque el toro quería seguir embistiendo. Fue un gran toro, de esos que es un privilegio haberlo visto en vivo; ojalá que salieran algunos cuantos más en cualquier ganadería”.

"Fue extraordinario, pero no de indulto": Antonio de Haro (ganadero de De Haro):

"En una feria en que hubo pocos toros bravos, éste destaca por encima de todos, por su puesto. Considero que fue un toro extraordinario, pero no de indulto porque al final de la faena salió un tanto distraído de un par de series. Perdió un poco ese empuje inicial, cuando había acudido con muchas patas a todos los cites, con humillación y recorrido, que me gustó mucho. Creo que Perera no supo terminar de redondear la faena; faltó más profundidad y haber toreado con la misma largueza del principio. Cuando comenzó a torear por la espalda, ya cambió todo. Y después se distrajo en el momento de que la gente empezó a pedir el indulto del toro. Me dio la impresión que en estas dudas dejó escapar un triunfo muy importante, precisamente por preocuparse demasiado en asegurar el triunfo. Y no estoy siendo contradictorio. Lo más importante, al final, es que haya polémica y hablemos de toros, eso sí que lo percibí en Bilbao, donde he disfrutado mucho la feria y su ambiente, pues el toro es menos que el de Madrid y más que el de Sevilla. Y la afición bilbaína comprende y reacciona con respeto".

"Es el toro ideal para el toreo moderno": José Marrón (ganadero de Marrón):

"!Se perdió una oportunidad mediática que le hubiera venido muy bien a la Fiesta, donde hubiéramos podido demostrar a los antitaurinos que un toro bravo, como lo fue este ejemplar, también se le sabe perdonar la vida. A veces pienso que el criterio de Matías, el juez de plaza, ya está un tanto obsoleto, y no puede tener tanto protagonismo. El toro me pareció excepcional en todos sentidos, por su bravura, su duración, su recorrido, su capacidad de humillar y la fijeza que tuvo, virtudes suficientes para haberlo indultado. Y si además consideramos la exigencia tan grande que siempre le planteó Perera en la faena, que estuvo sensacional con el toro, eran motivos más que suficientes para considerar su indulto. Creo que éste es el toro ideal para el toreo moderno".

"Creo que le faltó esa chispa del toro notablemente bravo": Chacho Vázquez (ganadero de Rodolfo Vázquez):

"De salida no me gustó mucho el toro porque aunque remató en los burladeros acudió con movilidad a los cites, me pareció un tanto indefinido. Aunque después, el toro fue de menos a mucho más, y sobre todo me gustó que a pesar de que lo Perera lo obligó mucho, el toro fue capaz de soportar que esa condición de la faena. Acerca de si debió ser indultado, considera que no porque le faltó esa chispa que debe tener el toro notablemente bravo. Quizá mi opinión difiera de la mayoría, pero así lo siento y me hubiera gustado más ver a Perera cortarle el rabo. Me parece que cuando se distrajo el torero con la petición del indulto, ahí perdió la oportunidad de consagrarse al haberlo pinchado".

"Era un toro de indulto, indiscutiblemente": Tito Carranco (ganadero copropietario de Real de Solera):

"Fue una gozada ver la lidia de este toro, porque humilló como pocos, acudía al engaño desde cualquier distancia, con codicia y un son envidiable para cualquier ganadero. Además, hay que apuntar que fue bravo al caballo; cooperó para que Perera hiciera la mejor faena de su vida, quizá, máxime en el momento por el que se encuentra, con un sitio cumbre. El toro era de indulto, indudablemente; fui uno de los primeros en solicitarlo, pero con un juez como Matías, rey del protagonismo, fue imposible. También tuve la suerte de estar presente en el indulto del toro de Núñez del Cuvillo, en Sevilla, que toreó José Mari Manzanares, pero éste, de Garcigrande, me deja una mayor huella en la mente, porque es uno de los mejores toros que me ha tocado ver lidiar. La vuelta al ruedo de los restos fue muy emotiva para todos los presentes, pero creo, sinceramente, que el toro debió de haber regresado como semental a su ganadería".


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