A continuación ofrecemos un recorrido por diversos medios de comunicación españoles, en lo referente a la actuación del mexicano Joselito Adame en Las Ventas de Madrid, donde sustituyó a Miguel Abellán y saludó una ovación desde el tercio luego de lidiar su primero.
El País (Antonio Lorca)
"Larga también fue la faena de Adame a su primero. Lo citó el mexicano desde los medios, y el toro, que estaba pegado a tablas, se arrancó como un tren. Una ráfaga de viento hizo flamear la muleta, y si el valiente torero no se quita, acaba en Toledo. El toro le robó la muleta, le partió el palillo y le perdonó la vida. Volvió a pasar los mismos apuros momentos después hasta que decidió cambiar de terrenos. Entonces, junto a las tablas, se atemperó el genio del animal, y demostró que no le sobraba clase. Insistió Adame por ambos lados, y volvió a ello sin más éxito que el reconocimiento general de su carácter afanoso.
"Soso fue el comportamiento del sexto, y Adame, que había comenzado por estatuarios pegado a tablas, volvió a perder la muleta por dos veces, y allí estuvo un rato dando pases y más pases sin contenido entre la santa paciencia de los aficionados del lugar y la energía del personal de la plaza, que aborta cualquier intento de salida de algún desesperado. Por cierto, el torero mexicano hizo un aceptable quite por verónicas en el quinto, toda una novedad en tiempos de vulgares chicuelinas, gaoneras y manoletinas".
ABC (Andrés Amorós)
"Con entrega absoluta y repertorio variado, el mexicano Joselito Adame (que hoy sustituye al operado Miguel Abellán) ha logrado conectar con los públicos de Sevilla y Madrid. El tercer toro, justo de presencia, levanta protestas pero, al llamarlo desde el centro, se viene como un obús y se lleva la muleta, como un trofeo. En los terrenos de sol, Joselito le planta cara, luce su oficio, aguanta mucho. Al final, le coge el sitio, muy en corto; acaba con un arrimón. Mata trazando con el acero una amplia curva y saluda: el valor siempre merece respeto.
"El último vuelve rápido, embiste con brusquedad, pega arreones. Los estatuarios iniciales dan lugar a desarmes. Adame hace el esfuerzo, con oficio y valor. Al final, dobla al toro por bajo, lo que debía haber hecho antes. Mata a la segunda. El público de Las Ventas lo ha adoptado".
El Mundo (Zabala de la Serna)
"Si el que estrenaba el turno del matador de Orduña cerraba la cara arremangado de pitones, el siguiente de Joselito Adame la abría de la manera más simplona. Sería lo único que tuvo de simple el cabrón. Qué complicado y duro fue. Joselito le presentó la muleta muy en largo en la boca de riego; el viento casi la ponía en horizontal. El Jandilla, a galope tendido, no obedeció: si el hidrocálido no se quita, se lo hubiera llevado puesto en lugar de la muleta. «Igual ha sido por culpa de Eolo», pensó la gente.
"Qué va. Repitió el Jandilla la mala pasada de venirse por dentro. Para evitar el aire, José Adame se atrincheró entre el «4» y el «5» y tragó ricino por el pitón derecho. Por el izquierdo, la embestida parecía dormida. Un seco derrote al palillo cambió los pareceres. El mexicano, que había entrado en sustitución de Miguel Abellán, le bajó la mano en redondo muy mandón. Desde aquí en adelante hasta el arrimón de coda sobró como un tiempo extra que Adame se trae de México. Lo mató por arriba y lo sacaron al tercio.
"De guinda de la jandillada, un toro basto que embestía bruto, con los pechos por delante, como a saltos. Adame no acertó con la apertura de estatuarios como elemento corrector: en cuanto le ofreció la derecha, un pechugazo o un hocicazo le arrebató la herramienta de la mano. Y para no desvariar de sus hermanos se arrancaba recto y por dentro".
La Razón (Patricia Navarro)
"Joselito Adame sustituía a Miguel Abellán, de baja por un cólico nefrítico. Con el tercero, un Jandilla sin remate, lidió con el enfado del público y con el viento, que azotó perverso en los momentos más inoportunos. El valor de Adame fue incondicional y las arrancadas del toro irregulares, iba y venía sin saber muy bien con qué acordes y muy a menos. Adame tocó todas las teclas y tiró de los recursos que tenía a su alcance. Como con el complicado sexto, que exigió dar el paso al frente o atrás y lo dio hacia delante".
Aplausos (Íñigo Crespo)
El tercero fue un toro que tuvo movilidad pero no humilló y le faltó fuelle. Joselito Adame principió faena en los medios pero fue molestado por el viento y llegaron dos desarmes. En terrenos del cinco se metió muy con el toro con severa actitud, muy de verdad, llegando a correr bien la mano sobre todo sobre el pitón derecho. Varios péndulos y una estocada rubricaron su actuación, saludando una ovación tras pedírsele muy tímidamente la oreja. El sexto, muy serio, no se desplazó en las telas y lo hizo con mal estilo. Porfió con él Adame, sin lanzar nunca las tres cartas, pese a que el lucimiento era imposible. Lo despachó con habilidad al primer intento.