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Espectro Taurino: El aroma de la torería

Sábado, 22 Mar 2014    México, D.F.    Jorge Raúl Nacif | Opinión   
El espacio de cada sábado

Lo más importante en el toreo es dejar huella, una huella que vaya más allá del número de apéndices cortados o diversas cifras estadísticas. A últimas fechas, un torero renovado esparce su aroma en los ruedos donde se presenta y de quien me parece digno reflexionar en este espacio de cada sábado: Finito de Córdoba.

Por haber sido televisada, la corrida del pasado miércoles en Valencia pudo llegar a muchos aficionados y, por lo tanto, lo hecho por Finito está en boca del entorno taurino. Sin embargo, este festejo es simplemente la confirmación de algo que venía sucediendo desde hace meses… Juan Serrano anda toreando con especial relajamiento y presa de una gran inspiración.

En la Fiesta pueden convivir conceptos, pero lo de Finito de Córdoba es para nosotros un paradigma de nuestra forma de entender el toreo… que no es otra cosa que expresar un sentimiento delante del peligro que implica la lidia de un toro bravo, hacerlo de forma muy personal y con un deleite que nace desde lo más profundo, de tal forma que el arte pueda surgir en medio de esa creación.

En el personal, no entendemos el toreo como una lucha o una guerra, o en basar la tauromaquia solamente en el valor. El valor es un ingrediente indispensable, pero para poder desenvolverte delante una res brava y que exista la posibilidad del ejercicio artístico en medio de la sensación de peligro que precisamente el toro debe transmitir.

El toreo debe hacerse despacio y con el corazón abierto… y el torero debe ser auténtico. Vivimos en una época en la que muchos diestros se han estandarizado en formas y fondos, en la que existe un alto grado de “imitación”, por llamarlo de algún modo, y de estructuras muy preconcebidas en las faenas.

Es cierto, de entrada todos hacen el toreo –incluso de salón- de forma diferente y personal; el problema está en después querer copiar o estandarizar… hay que desear que (con la técnica bien aprendida de inicio) el toreo exprese naturalmente.

Sobre esta situación platicábamos hace algunas semanas con un buen amigo, el matador Antonio Vega. Departíamos acerca del hecho de ver faenas muy similares… en algo que también advertía antes de morir el tío Antonio Navarro, cronista taurino en los años cincuenta. “Ya casi todos empiezan con el péndulo, y ya sabes perfectamente lo que sigue a continuación”, solía decir.

Aquí es donde salta a la vista lo que ha venido haciendo Finito de Córdoba, pues no se parece absolutamente a nadie y, con su buen cimiento técnico y cabeza clara para que sus faenas tengan estructura, va creando conforme la inspiración le dicta, impregnando a sus formas con una gran torería… gusto y regusto.

Desmayado y con suavidad, Juan Serrano ha manifestado uno de los elementos en los cuales se basa la expresión artística: la naturalidad. Y es que hay toreros que ejecutan un toreo de “espejo” (“afectado”, como se le conoce también), en el que parecen estar fingiendo las poses y expresiones. La naturalidad de Finito encandila, pues va muy de la mano con el aroma que deja en cada una de las suertes.

El torero nacido en Sabadell no está para ser comparsa ni convidado de piedra, sino para realmente competir y encabezar carteles con figuras, como lo hizo esta última tarde en Valencia. Y luego del festejo referido, en la fragancia de la reflexión… vaya que se antojaría un mano a mano entre Finito y Morante, ¿no creen?

@jorgeraulnacif


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