El hidrocálido Arturo Macías regresó ayer a la Plaza México, en la segunda corrida de la Temporada Grande, y le cortó una merecida oreja al primer ejemplar de su lote, un triunfo que lo tiene contento y agradecido por el cariño que le tributó la afición capitalina.

"Estoy muy contento; por supuesto que me hubiera encantado salir en volandas, pero me siento orgulloso porque las cosas se dieron bien y esta oreja fue bien ganada. Estoy y sigo enamorado de la Plaza México y de su afición; el público me demostró cariño desde que llegué a la plaza y a lo largo de toda la tarde, así como durante toda mi trayectoria taurina. Tocar pelo y poder dejar dimensión de mi toreo fue algo importante", expresó Macías.

Quieto se quedó en el quite por saltilleras que ejecutó ante este primer toro, lo que significó una declaración de intenciones para comenzar a calentar el ambiente. Posteriormente, estructuró una faena inteligente y le sacó partido a un ejemplar noble pero con poca fuerza.

"Ese quite por saltilleras invertidas lo tengo muy hecho y ayer salió muy bien, y fue bueno para mostrar mis disposición y, como primer espada, comenzar a caldear los ánimos. El toro tenía nobleza pero, debido a su poca fuerza, había que someterlo pero sin obligarlo de más, darle su tiempo. Dejé muletazos con profundidad y pude torear en redondo, tapándole la cara al toro, y también hubo chispazos, como la arrucina. Y al final, todo el conjunto y con la estocada, mereció la oreja, una oreja que me supo a gloria bendita, a un respiro; sumo ya, en esta plaza, 17 orejas y un rabo", explicó.

El segundo toro de su lote tuvo complicaciones y no se prestó para el lucimiento. Sin embargo, Arturo Macías hizo el esfuerzo pues anhelaba cortarle la oreja y así, con dos en la tarde, poder abrir la puerta grande y sumar su octava salida a hombros de este coso. Finalmente, este objetivo no se pudo lograr y tampoco tomó la decisión de regalar un toro, pese a que algunas personas se lo pedían.

"El toro fue difícil, pues no obedecía a los toques y se venía mucho para adentro. Yo hice el esfuerzo, pensando en tumbarle la oreja a como diera lugar, algo que finalmente no se pudo pero creo que demostré una gran actitud. Y sobre el toro de regalo, pues todas las orejas que he cortado en esta plaza fueron en toros de lidia ordinaria, y charlando con mi apoderado, el maestro Fermín, comentábamos que el toro de regalo ya no siempre es muy del agrado del público; además, creo que ya había dejado una importante dimensión durante toda la tarde", comentó.

El hidrocálido comentó que, de acuerdo con lo mostrado ayer, es posible que vuelva a este coso en la segunda parte de la Temporada Grande, pues además hay buena amistad con la empresa. Desde ahora, Arturo siente ya el gusto y el deseo de volver a pisar el ruedo de Insurgentes.

Finalmente, Macías brinda un mensaje a la afición: "Decirles que sigo enamorado de la Plaza México, de su gente y de ese olé tan rotundo. Siempre salgo a dar lo mejor de mí y así lo segurié haciendo, y la oreja de ayer me da vida y viví sensaciones muy bonitas, como bonito fue dar la vuelta al ruedo bajo las notas de la Pelea de Gallos, lo cual fue un detallazo de la empresa".