Con la sencillez que lo caracteriza y una emoción que no le cabe en el cuerpo, el novillero hidalguense Xavier Gallardo reflexiona sobre la oreja que paseó ayer en la Plaza México, en la tercera tarde del ciclo, y que representa todo un tesoro y un premio a su trayectoria.

-¿A qué sabe una oreja en La México?

-A mucho, es un tesoro para mí y un triunfo importante. Considero que fue una oreja bien ganada y de gran valía, pues además es el premio al esfuerzo que he realizado desde que inicié en esto, pues ha sido duro y me he entregado día a día. Por supuesto que sé que esto apenas inicia y el triunfo de ayer es solamente un pasito para mi carrera.

-¿Representa algo especial el hecho de pasear una oreja sin que se haya escuchado ni una sola protesta?

-La verdad es que sí, y es algo muy bonito el poder haber unificado criterios. Sobre todo, es especial darte cuenta que cortaste una oreja de ley, es una motivación y una alegría extra.

-¿Llegaste a pensar que ese primer novillo no te permitía el triunfo?

- Sobre todo al principio de su lidia, pues el ejemplar, que ya era un torito, fue distraido. Sin embargo, sabía que tenía que echar "el resto" para poder triunfar, hacer un esfuerzo extra y así lo hice, ponerle fibra para que la faena no cayera en la indiferencia, pues el ejemplar transmitía poco,

-¿Cuál fue la clave en esa faena?

- Considero que el quedarse quieto, el no moverse, para así poder emocionar. Así por ejemplo le pegué dos cambiados por la espalda y un desdén. El toro tenía cierto peligro sordo, pero había que quedarse quieto y buscar agradar por todas las formas posibles.

-Descríbenos el momento de la estocada...

- Tenía claro que había que matarlo bien para poder pensar en la oreja, así que lo cambié de terrenos para igualarlo. Me fui con todo tras la espada, con toda la mentalidad para reventarlo y así fue gracias a Dios, pues la estocada resultó muy efectiva y me permitió alcanzar el triunfo.

-¿Por qué darle suelta al sexto novillo a pesar de la lluvia y las malas condiciones del ruedo?

- Es cierto, ya el ruedo estaba casi imposible, pero tomé la decisión de echar pa´lante porque quería otra oreja y salir en hombros, además de demostrar que Xavier Gallardo no se conforma con una oreja. Lástima que no se pudo dar lo que quería, pero he dejado constancia.

-¿Qué te ha dicho la gente que te acompaña?

-Mi mamá y mi papá están felices, al igual que el tío. Pero claro, me dicen que no ha pasado nada y que debo seguir con la misma fuerza y mentalidad para no bajarme del carro de los triunfadores. Y es verdad, pues es apenas un primer paso en esta difícil profesión.

-¿Cuál es el reto para tu repetición de este domingo?

-Mejorar o, por lo menos, mostrar el mismo nivel que la tarde de ayer. Me gustaría y tengo toda la ilusión de repetir el triunfo y pienso en abrir la puerta grande.

-¿Qué le dices al público?

-Primero agradecer el trato y apoyo que la afición me brindó ayer en La México, ya que fue muy bonito. También decirle al público que quiero repetir el triunfo y seguiré luchando por ser alguien dentro de la Fiesta; todo es paso a paso y hay que seguir dándolos.