Efemérides de feria: Campo Alegre y Pastor
Domingo, 13 May 2012
Aguascalientes, Ags.
Xavier González Fisher | Foto: Archivo
La tarde de "Amapolo", de Campo Alegre, y el triunfo de César Pastor
Entre el final de las décadas de los setenta y los ochenta, la ganadería que en su día fuera la de don Alfredo Ochoa Ponce de León gozó de gran predicamento entre la torería mexicana. Eran toros que en esos días mantenían el justo equilibrio entre bravura y nobleza, dando lustre a una saga ganadera que comprendía en esos tiempos a su hermanos don Jesús, con el hierro de El Romeral; don Fernando, con el de El Junco, y doña Mercedes, con el de Viuda de Emilio Fernández, todos asentados en el Estado de Michoacán y que facilitaron el afincamiento de la fiesta en esa región de nuestro país.
Para el festejo que es motivo de esta remembranza, ocho fueron los toros que apartó para el festejo que daba cierre a la vertiente taurina de nuestra Feria y en la que comparecían dos toreros que gozaban de notoriedad en el medio nacional, como es el caso de Mariano Ramos y César Pastor, en tanto que cerraban la cuarteta Jorge Carreño y un diestro hidrocálido, Arturo Magaña, quien, ante la escasez de oportunidades en su tierra, se marchó a Sudamérica, luchó por allá hasta que consiguió que Antoñete le diera la alternativa en Isla Margarita, Venezuela, el 17 de diciembre de 1978, en presencia de Carlos Rodríguez "El Mito", cediéndole el toro “Chamicero” de Bellavista.
El buen encierro de Campo Alegre
La crónica de don Jesús Gómez Medina dice sobre los toros de Campo Alegre lo siguiente:
"Magnífico encierro de Campo Alegre, de la que es propietario don Alfredo Ochoa, reapareció –¿o acaso fue debut?– en Aguascalientes, con muy plausibles resultados. Los ochos bureles lidiados, en efecto, tuvieron presencia, trapío. Algunos destacaron en este capítulo como 'Bordador', el hermoso berrendo que abrió plaza y los dos de pelaje castaño, 'Cumplido' y 'Amapolo', respectivamente... Esto en cuanto al aspecto; que por lo que hace a la bravura y condiciones para la lidia, se impone reconocer que, en general, los de Campo Alegre cumplieron con creces; algunos en forma excelente como los dos castaños y 'Rebollo', el cuarto. En suma; que el ganadero puede estar satisfecho de su encierro. Sus pupilos dejaron bien plantados los colores de su divisa en la plaza Monumental Aguascalientes..."
Los toreros
Mariano Ramos cortó una oreja al quinto de la tarde y César Pastor las dos al séptimo. Lo que destaca don Jesús a ese respecto, es lo siguiente:
"Mariano, que nada había logrado de relieve en el primer tercio, muleta en mano llevó a cabo un trasteo casi exclusivamente derechista, integrado por series breves, pero bien estructuradas, aprovechando cabalmente el buen estilo de 'Cumplido' cuya fortaleza decrecía a ojos vistas. Por ello su matador terminó llevándolo toreado con el engaño a media altura, para ayudar al astado, al que despenó con media estocada ligeramente caída. Ovación, oreja y vuelta al ruedo... A la postre el triunfador del festejo lo fue César Pastor, que hizo suyas las dos orejas de “Amapolo”, el bravo castaño que apareció en séptimo lugar. De salida, el toro, codicioso; remató en tablas, luego Pastor lo toreó gallardamente por verónicas y remató con una revolera, entre aplausos... De largo acometió 'Amapolo' sobre el caballo, sobre el que recargó codiciosa y reiteradamente. Y tres pares de banderillas, tres, colgó César Pastor, sin excesivo lucimiento... Por el contrario, sí lo obtuvo al torear de muleta; desde el pase en el estribo inicial, al que siguieron varios por alto, muy quietos y el toreo en redondo sobre la diestra en varias series, superándose siempre en ligazón y ajuste, en la quietud y en la brillantez con que eran ejecutados los muletazos. Aún añadió el toreo por naturales; nuevos derechazos, los pases de adorno y, por último, lo mejor; la estocada, el estoconazo haciendo el viaje con rectitud, echándose lentamente sobre el morrillo y sepultando el acero en lo alto... Fue esta, tal vez, la mejor estocada de la feria y por sí sola explicaba la exigencia popular para que César Pastor fuese galardonado con las dos orejas de 'Amapolo', amén de la consiguiente vuelta al ruedo...”
Jorge Carreño se exhibió sin sitio y dejando en el cronista la duda acerca de sus condiciones para ser torero y en cuanto a Arturo Magaña, consigna su voluntad de agradar ante el lote menos potable del encierro, que fue premiado con la vuelta al ruedo tras de la muerte del segundo de la tarde.
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