Hace unos días, en la ganadería de Sorando, en la Sierra Morena de España, se juntaron los matadores mexicanos Fernando Ochoa y Juan Pablo Sánchez para hacer labores de campo, lidiando dos vacas y un novillo cada uno.
Acompañado de su apoderado Alberto Elvira, el michoacano Fernando Ochoa tentó dos becerras, en las que se le vio firme y cada vez más acoplado con la embestida del encaste español; las vacas resultaron buenas en conjunto pero había que darles la distancia y altura apropiada para que rompieran, lo cual hizo muy bien.
Al final lidió un novillo al que inició toreando elegantemente a la verónica para dejarlo en los medios para ser picado, posteriormente con la muleta hizo una labor interesante y artística, mostrando sobre todo verticalidad, que es lo que ha estado entrenando estos días de salón con su apoderado.
En cuanto al hidrocálido Juan Pablo Sánchez, que también estuvo acompañado por su apoderado, Fernando Lozano, estuvo muy por encima tanto de las vacas como del novillo que le correspondió, mostrando principalmente mucho sitio y ese toreo con profundidad y largueza con la que ha impactado tanto en México como en España.
Desde su llegada a España luego de ver actividad en nuestro país, no ha dejado de estar en el campo bravo en la que prácticamente todos los días está tentando o lidiando toros a puerta cerrada.