Cuando se torea con el corazón... (fotos)
Sábado, 26 Feb 2011
México, D.F.
Jorge Raúl Nacif | Foto: JRG
Y Felipe Olivera lo hizo
Hay ocasiones en la que se torea con el corazón, ¿verdad, Felipe? Y cuando eso ocurre, el arte del toreo se transmite y llega con fuerza al tendido, tal y como sucedió hoy en la Plaza Arroyo, en el marco del festival taurino celebrado esta noche.
El jefe de prensa del coso, Felipe Olivera, brindó una actuación llena de sentimiento y desbordante de emoción, cuyo origen no radicó en el hecho mismo de torear, sino hacerlo luego de brindar a su amada esposa, que hace pocos meses falleció; sin duda, allá donde quiera que se encuentre, debió haber esbozado una sonrisa de satisfacción.
Si bien es cierto que el que fuera el primer alumno mexicano en la Escuela de Tauromaquia de Madrid, y que por causas y azares no llegó a ser torero profesional, conoce las bases del toreo, hoy se olvidó un poco de éstas y realizó lo que su corazón le iba dictando, eslabonando así una faena llena de temple y que alcanzó su punto cumbre en un par de naturales que detuvieron el tiempo.
No importaron las fallas con el acero que antecedieron a la estocada con la que se quitó de encima al estupendo becerro de José Arroyo, pues el público exigió la oreja, misma que paseó jubiloso y, hasta pudieramos relatar, con lágrimas en los ojos. ¡Enhorabuena torero!
El también aficionado práctico Luis Miguel Cuéllar tuvo una entonada actuación delante del eral que le correspondió, al que le recetó buenas tandas con la mano derecha, haciando gala de profundidad en el trazo y las buenas maneras que atesora.
También hubo destellos interesantes con la muleta en la izquierda antes de la gran estocada con la que rubricó su labor, siendo premiado con el trofeo que, jubiloso, paseó en la vuelta al ruedo.
Una actuación importante tuvo el novillero Paulo Campero, que dejó ver notorios avances en su tauromaquia. El astado que enfrentó se rajó desde el primer tercio y durante toda la lidia se defendió. Con recursos y una disposición férrea, supo imponerse al ejemplar y extrajo momentos emotivos, en los que dejó patente su calidad. De no haber fallado con el acero, pudo haber cosechado un valioso apéndice.
Leonel Olguín, que durante la pasada temporada en esta plaza decidió cortarse la coleta, enfrentó a un novillo que tenía cierta brusquedad, pero un buen pitón izquierdo. Variado desde el capote, con la sarga consiguió naturales estupendos, aunque un tanto embarullado. Siempre dispuesto, se entregó con la espada y, al pinchar, resultó volteado y con un fuerte golpe en la mano derecha, de tal forma que ya no pudo volver a ejecutar la suerte y el ejemplar regresó vivo a los corrales.
El matador Alberto Huerta lidió a un ejemplar muy deslucido y que terminó totalmente distraido, aquerenciado en el terreno de tablas. Aunque se notó esforzado y tomando el compromiso con mucha seriedad, poco realmente puedo dejar para el recuerdo, salvo un par de naturales y un bello pase del desdén.
Gastón Ramírez abrió el festejo y dio la vuelta al ruedo tras la lidia de su becerro, con el que sobresalieron las tandas por naturales, algunos de éstos de muy bella factura, recreándose en la suerte, no sin pasar alguno que otro apuro, solventándolos con afición y conocimiento. El ejemplar no fue matado y regresó a los corrales.
El francés René Ardeodau tuvo enfrente a un bcerro que jamás paro patas y de conyinuo salía suelto de las suertes, por lo que, aunque hubo momentos interesantes, no logró ligar las series de muletazos. Con determinación, se plantó firme en el ruedo y se llevó los aplausos del público, mientras que su enemigo tampoco fue estoqueado.
Ficha Plaza Arroyo. Un tercio de entrada en noche agradable. 7 ejemplares de
José Arroyo, de poco juego en su conjunto, salvo el lidiado en 3° lugar, que resultó bueno. No se anunciaron pesos. Gastón Ramírez: Vuelta.
René Ardeodau: Ovación.
Felipe Olivera: Oreja.
Luis Miguel Cuéllar: Oreja.
Leonel Olguín: Vuelta.
Alberto Huerta: Palmas.
Paulo Campero: Ovación. En este orden actuaron. Incidencias: Los ejemplarres lidiados en 1° y 2° lugar no fueron estoqueados. El 5° regresó a los corrales luego de que
Olguín se lastimara la mano derecha y no pudiera darle muerte.
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