Octavio García "El Payo" se les fue por delante a sus compañeros del cartel de "Los Tauromágicos" y cortó dos oreja y rabo a un gran toro de San Isidro, al que le cuajó una faena magnífica en medio del entusiasmo colectivo de un público que llenó la plaza "El Renacimiento", que lució llena y gozó de un gran ambiente de principio a fin.

Por primera vez toreaban juntos como matadores de toros estos toreros que desde niños despertaron expetación. Y hoy está comprobado que cada cual tiene un estilo propio y que la rivalidad entre ellos es grande, al margen de que provengan de la misma casa, Tauromagia Mexicana.

El Payo se enfrentó al que abrió plaza y rápidamente despejó las dudas sobre su percance el domingo pasado en la Plaza México. Desde que se abrió con el capote dimensionó un toreo de calidad, sin embargo fue con la franela que estructuró una faena llena de plasticidad donde destacaron series por ambos lados en los que la lentitud y el temple se hicieron patentes, aprovechando las buenas condiciones de "Don Lalo". El queretano dibujó templados naturales, y al oficiar con el acero dejó una estocada que no tuvo en efecto deseado por lo que saludó en los medios con fuerte petición de una apéndice que no fue concedido.

En cuarto lugar saltó "Barbitas", uno de esos astados que tienen las orejas prendidas con alfileres, y El Payo encontró mas que a un enemigo, a un cómplice que le permitió crear una faena de altos vuelos, digna de cualquier plaza monumental del país.

Ejecutó lentas verónicas y realizó un quite por chicuelinas, rematado con una brionesa. Estos lances fueron el preámbulo para la llegada de series interminables donde el temple, la lentitud  y la sobriedad con la que toreó el de Querétaro, no solo detuvieron el tiempo, sino que lo regresaron hasta recordar las grandes faenas del maestro Manolo Martínez; cuando el público de Teocaltiche estaba ya entregado al poder de la muleta del joven diestro, vinieron detalles dignos de pintura y como colofón un estoconazo hasta los gavilanes. Como premio recibió las orejas y el rabo del magnífico "Barbitas".

Este es el primer rabo que corta como matador en suelo mexicano, y más que eso se trató de un triunfo que le sigue posicionando como el torero de más reciente alternativa con mayores posibilidades de cuajar rápidamente en figura del toreo.

Después del triunfo que obtuvo en Aguascalientes Mario Agular, en la Corrida de Calaveras, hoy salió muy dispuesto y buscó agradar en todo momento. Lamentablemente, pechó con el lote menos propicio, y su esfuerzo obtuvo poca recompensa, como fue una oreja de "Naty", su primer enemigo.
 
Delante de este toro toreó aseadamente con el percal, y con la franela aguantó los frenazos y las miradas del de San Isidro, a lo largo de una faena valiente en la que se metió entre los pitones. En un descuido fue prendido sin consecuencias, y voló por los aires. Regresó a la cara del astado para sepultar la espada y recoger una merecida oreja.

La excepción rompe la regla, ya que en quinto lugar salió "Pancholín", un toro que exigió el carnet a Mario Aguilar que al ver que su compañero se había ido por delante, salió a por todas y nuevamente inventó una faena de riñones en la que pisó terrenos inimaginables, sacando los pases de uno a uno y exponiendo el físico en todo momento. Cuando parecía que podía acompañar al Payo en la triunfal salida a hombros, se puso pesado con el acero y dejó escapar la puerta grande.

Arturo Saldívar estrenó su alternativa en la tierra que le vio nacer, aunque de niño se fue a vivir a Aguascalientes y se considera hidócálido. En primer lugar se enfrentó a "Popeyo", con el que tuvo detalles con el capote, dimensionando su personalidad y su físico.
 
Más tarde hizo una bonita faena en la que la verticalidad y el temple fueron la característica común, pues toreó sentado en los riñones y corrió la mano por ambos pitones. La cresta de su faena llegó cuando, toreando por naturales, trascendió a los tendidos su clase, pero desafortunadamente no pudo rubricar su labor de una manera más rotunda y solamente cortó una oreja.

Con el que cerró plaza, el matador más joven de la baraja taurina en México, intentó cosechar más trofeos pero lamentablemente "Meño" resultó ser un toro sin trasmisión y por ello Saldívar no pudo calar en el público. Al margen de esta situación hubo algunos momentos que son dignos de destacar, específicamente algunos pases con la franela en la mano diestra, al finalizar su labor escuchó palmas.

En honor a la verdad la tarde de hoy fue una de esas tardes que hacen afición. Enhorabuena al doctor Alejandro López por organizar un cartel en el que el cambio generacional esta patente, y por supuesto a Tauromagia Mexicana porque su proyecto esta dando frutos. Ojala este tipo de carteles se repitan en otras plazas de México. La afición está ávida de ver caras nuevas y toreros jóvenes con tanta proyección.