Una auténtica corrida de toros, con edad, y cuajo, de Arroyo Hondo, exigió el carnet a la tercia de novilleros, pero los ovacionados de la tarde fueron los banderilleros, que levantaron la expecactación al cubrir de forma emotiva el segundo tercio.

El aspirante Luis Alcántar saludó en las seis intervenciones, quizá un hito en la historia de esta plaza. El orgullo personal de los de plata debería tomarse como un ejemplo para todos aquellos que sueñan con ser torero. Gustavo Campos saludó en el tercero; por pundonor, Fermín Quiroz se negó a saludar en el cuarto y Pascual Navarro en el sexto también fue llamado al tercio.

Esto deberá ser una reflexión para los novilleros de esta tarde y sobre todo de las venideras, porque aunque el espectáculo tiene muchas aristas, entre ellas las de los subalternos, el eje son el toro y el torero.  

Una vez más, Guadalajara demostró que no es una plaza fácil, que se debe venir además con disposición y ganas, con oficio, mucho oficio. Incluso los mismos novilleros reconocieron que en el Nuevo Progreso se echan los encierros con cuajo y edad, como esta de Arroyo Hondo, lo que les complica aún más la papeleta.

Alfonso Mateos fue el mejor librado, si es que cabe la expresión. Le tocó el novillo-toro que más opciones dio. Parecía que no llegaría con fuelle a la muleta, en el capote no acabó de romper, pero apenas el discípulo de “El Pana” se acomodó con la muleta, logró arrancar los jaleos del público.

Tuvo la virtud de conservar la cabeza fría para poder ligar los muletazos y por momentos dejar plasmados pintureros detalles. Estuvo bien, sin llegar a cotas altas, pero sí con una regularidad de principio a fin. Se puso pesado con la espada, por ello se privó de cortar una oreja de Ley, que bien le hubiera ayudado a llegar con fuerza a la inminente alternativa. Con su primero tuvo pocas opciones ante un astado descastado y que no se empleó.

Al español Daniel Martín “El Dani” le cayeron encima, sin razón alguna, apenas se asomó por el túnel de cuadrillas. Para colmo de males, le tocó el durísimo hueso del encierro. Al primero no le acabó de tomar la distancia, además que la sosería se impuso y con su segundo trató de ponerse en la línea de fuego ante un toro de sumo peligro, pues no veía por el lado derecho, se colaba o se frenaba y aunque tuvo actitud y la solvencia del oficio, la hostilidad del público se impuso en la mayoría y poco le reconocieron.

Se presentó Alejandro Corona. Mostró buenos detalles y valor, sin embargo estuvo un tanto frío y no acabó de conectar, ni conectarse con un lote complicado, que ofreció pocas opciones.

El cerrojazo del ciclo menor será con un encierro de Marcos Garfias y ya quedaron confirmados Oliver Godoy, Gerardo Adame y Carlos Rodríguez.