Banners
Banners
Banners

Garibay triunfa en el festival de Tlaxcoapan

Domingo, 11 Jul 2010    Pachuca Hgo.    César Montes I Foto: Archivo         
Paseó la única oreja del festival

Por casi nada se llena el lienzo charro de Tlaxcoapan, Hidalgo, para presenciar este domingo el festival taurino aplazado por el fuerte aguacero que había caído una semana antes, imposibilitando su celebración. La tarde fue soleada y calurosa, nublándose y con una ligera amenaza de lluvia cuando salió el cuarto ejemplar.

Se lidiaron tres novillos de Real de Saltillo, con hechura de toro el primero de ellos, bien presentados en general; un poco basto de hechuras el de rejones. Y uno de Los Martínez, el tercero, justo de fortaleza y bravura, pero noble y con clase, al que le pegaron muy fuerte en el caballo, que lo mermó para el resto de la lidia. En juego, los dos primeros fueron buenos, con clase y nobleza el primero, y más emotivo el segundo, para el que hubo algunos aplausos en el arrastre. El de rejones fue manso y con muchísimo peligro.

Abrió plaza Alfredo Gutiérrez, quien toreó bien con el percal por verónicas al más hecho del encierro, un negro con 475 kilos, que lo llevó al picador con chicuelinas al paso y vistoso en quites, luego de haber provocado un tumbo. Estuvo dispuesto y entregado al torear con la muleta, aprovechando la noble embestida del animal, que hacia el final del trasteo tuvo el detalle de querer rajarse. No estuvo atinado con el acero y se retiró bajo los aplausos del respetable.

Ignacio Garibay toreó bien de capote a un cárdeno con 450 kilos, que se empleó bien en varas. Con la muleta inició de rodillas y después, aunque trazó ayudados importantes, por momentos le faltó consistencia al trasteo. Lo mató de certera estocada, para cortar una oreja, con alguna petición de la segunda.

Luis Gallardo estuvo bien en las verónicas que instrumentó a un negro bragado con 405 kilos, que acometió con la cara a media altura pero que fue obediente, pues quien no fue obediente en las indicaciones del matador fue el picador, que le dio a llenar a la res, haciéndole una fuerte sangría que mermó al animal. Aún así, con voluntad, le extrajo los muletazos, varios templados, el torero hidalguense, que tampoco ha estado fino con el acero, quedando en salida al tercio su labor.

Cerró plaza un espectacular colorado con 415 kilos, alto y basto que fue muy manso y complicadísimo, con peligro, que conforme avanzó la lidia fue acentuando su condición. Como se dice coloquialmente: "era el diablo".

Pedro Louceiro Firmino, que toreaba su tercer festejo luego de haber reaparecido el pasado mes de mayo, con caballos nuevos, estuvo muy voluntarioso, sacando a flote toda su experiencia con un animal que parecía haber sido ya toreado a caballo, poniéndose siempre por delante y que de la zona de tablas no salía. Clavó cuatro rejones de castigo que no le hicieron nada al animal pues de principio a fin pegaba violentos arreones, desarmando en repetidas ocasiones a las cuadrillas. Dejó dos banderillas en lomos de "Tormenta", siendo reconocida su labor.

Los Forcados Amadores de Hidalgo no la tuvieron consigo ante aquel marrajo que los arrolló en el único intento al que le fueron, sacando la peor parte el forcado de cara, Juan Jesús Narváez, con un fortísimo golpe cerca del ojo izquierdo, que de nada se lo andaba sacando, y Gibrán Guaida Ochoa, que tuvo que ser trasladado al hospital tras quedar conmocionado, donde se le detectó esguince cervical de segundo grado, quedándose ingresado donde permanece bajo observación.

Al entrar a matar, el burel arrolló a caballo y caballero, derribándolo de manera espectacular y peligrosa. La res dobló a fuerza de capotazos, y hubo algunas palmas para el caballero, tras haber escuchado también un aviso.

Ficha
Tlaxcoapan, Hgo. Casi lleno. Tres novillos de de Real de Saltillo, y uno de Los Martínez (3o.), bien presentados y de juego desigual. Pesos: 475, 450, 415 y 440 kilos. El rejoneador Pedro Louceiro II: Palmas. Alfredo Gutierrez: Palmas. Ignacio Garibay: Oreja con peticion. Luis Gallardo: Ovación. Los Forcados Amadores de Hidalgo resultaron muy golpeados.


Comparte la noticia