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Dos toreros queridos de México

Miércoles, 10 Dic 2025    CDMX    Redacción | Infografía: LM   
Texto en recuerdo de las ceremonias de Manolete y José Tomás
El 9 de diciembre de 1945, Manuel Rodríguez "Manolete" protagonizó una de las corridas histórica de la desparecida plaza "El Toreo" de la Condesa, durante la tarde de su confirmación de alternativa, que tuvo lugar hace exactamente 80 años del inolvidable Silverio Pérez, y ante el testimonio de Eduardo Solórzano, con toros de Torrecilla.

Aquella corrida sigue siendo uno de los referentes de expectación más grandes de todos los tiempos, pues la llegada de El Monstruo de Córdoba a México provocó un interés mayúsculo, no sólo dentro de la esfera taurina, sino en la vida social del país, que desde antes de esa tarde no hablaba de otra cosa que de Manolete.

Desde el saludo capotero, Manolete dejó en claro que venía conquistar a la afición mexicana, y un apretado ramillete de verónicas, rematadas con una soberbia media, ratificaron su categoría de figura del toreo, la que fue edificando prácticamente desde el año 1943 que fue el de su consolidación en España.

A 80 años de distancia de este acontecimiento, Manolete sigue siendo recordado como el torero español que mayor impacto causó entre los aficionados mexicanos, a la que subyugó con su toreo y su mayestática personalidad. Y desde esa fecha lo hicieron suyo.

La alternativa de José Tomás en la Plaza México

El domingo 10 de diciembre de 1995, el maestro José Tomás se convirtió en matador de toros, pues recibió la alternativa en la Plaza México de manos de Jorge Gutiérrez, efeméride que marca 30 años de historia en la carrera de un torero impregnado por la esencia del misticismo.

Aquella tarde hubo gran entrada en los tendidos y el llamado Príncipe de Galapagar pasó de novillero a matador. En presencia de Manolo Mejía, el maestro Gutiérrez le apadrinó ante "Mariachi", de la ganadería de Xajay, herrado a fuego con el número 283 y un peso de 500 kilos.

Las palabras de Gutiérrez fueron las siguientes: "José, voy a tener el honor de otorgarte la alternativa, en mi tierra, a un torero español. Te deseo lo mejor y que se conviertan tus triunfos pronto en realidad (sic) y seas una figura del toreo no sólo de aquí, sino de donde quieras serlo. Mucha suerte y que Dios te ayude". Respondió Tomás: "Muchas gracias, maestro".

Originalmente sería David Silveti el encargado de cederle los trastos al entonces novillero madrileño. Sin embargo, y debido a una nueva lesión de rodilla que a la postre lo llevaría a alejarse de los ruedos, el Rey David no pudo ser el padrino de esta histórica ceremonia.

Ante "Mariachi" y vestido de grana y oro, José Tomás toreó con tersura a la verónica y quitó por chicuelinas. Luego de la ceremonia del doctorado se mostró valiente con la muleta y se pasó cerca los pitones del toro de Xajay, un ejemplar por momentos huidizo hacia tablas, complicado y que terminó desarrollando sentido.

Mucha quietud en las manoletinas con las que rubricó su labor y, si no tocó pelo, fue porque mató al segundo intento. La vuelta al ruedo fue el reconocimiento que el público le brindó al madrileño. Significativo el hecho de que José Tomás tomará la alternativa en suelo mexicano, pues este país fue trascendente en su formación durante aquellas etapas novilleriles.


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