No fue una cornada más. Parece la imagen grotesca de una película de terror. Por fortuna, Julio Aparicio vive para contar el horrible percance que sufrió el viernes pasado en la plaza de Las Ventas de Madrid. Fuerte es la impresión al ver el derrote brutal del toro y cómo el pitón escobillado sale por la boca del sevillano como una lengua endurecida y astillada.
En un corto de Cine Mundial, de esos que se transmitían en los cines antes del inicio de las películas y que recopiló hace algún tiempo la UNAM en un formidable DVD, el maestro José Alameda presentó las imágenes de una cogida muy similar sufrida por Antonio Velázquez en el Toreo de Cuatro Caminos en 1958.
"Antonio afrontó con serenidad los días de angustia y ha recobrado la paz. Ha sido la suya una historia larga de luchas y de zozobras. Nuestra cámara se detiene perpetuando el momento escalofriante (en que el toro 'Escultor' de Zacatepec lo prende por debajo de la barbilla). La plaza entera estuvo largos minutos en suspenso y un público acongojado presenció en pie la marcha dramática hacia la enfermería del hombre que durante horas y días habría de luchar contra la muerte hasta vencerla", comenta con vehemencia Alameda en el corto donde aparece Velázquez en compañía de su familia mostrando las cicatrices en el cuello.
Pero a diferencia de la reacción del público de aquella época, solidario con Antonio tras la grave cogida, cincuenta y dos años después resulta que campea una nueva conciencia, confusa y mal informada, que detesta las corridas de toros, pide "respeto" al animal y se regocija con las cornadas, echando porras al toro y anhelando el sufrimiento del torero.
Basta con leer algunos comentarios de usuarios de un famoso canal de videos en la Red para darnos cuenta de cómo se puede llegar a desear la muerte de un congénere de la manera más insensible y descarnada. Con sangre más que fría. De entre centenares de opinantes, sólo uno difirió: "Yo prefiero ver sangrar o morir a un animal que ver sangrar o morir a un ser humano". Y le llovieron epítetos ofensivos.
Gran parte de la culpa la tenemos los propios taurinos por no dar a conocer nuestro espectáculo favorito, por no defenderlo como deberíamos y por no luchar con denuedo por su grandeza y dignificación.
De lujo
En la página de Internet de la BBC de Londres aparece una interesante nota sobre la exposición de trajes de torear desde el siglo XVIII que ahora mismo se presenta en el Museo del Traje de Madrid.
La información revela que un traje de luces puede costar entre 4 y 8 mil dólares y que sólo se puede utilizar ocho o diez veces (lo cual es impreciso). La página muestra un traje gris perla utilizado por Cayetano con incrustaciones de cristales de Swarovski y un vestido color caña de bordados ligeros que Pablo Picasso le diseñó a su amigo Luis Miguel Dominguín. La exposición se prolongará hasta el 19 de septiembre.
Apellidos con solera
Al novillero Garza Gaona, bisnieto de Rodolfo Gaona y nieto de Lorenzo Garza, le han ofrecido actuar en la temporada de novilladas durante el mes de julio en la Monumental Plaza México con ejemplares de San José.
Ha toreado 15 novilladas sin picadores y dos con lanceros en España. Un grupo de taurinos, entre ellos Rodolfo Díaz, Luis Niño de Rivera y José de Jesús, le comprarán toros para que mate unos ocho antes de presentarse en el coso metropolitano. Cabe recordar un antecedente entrañable: el legendario don Rodolfo Díaz Garza, padre de Rodolfo Díaz, fue un apasionado gaonista y médico del Califa de León.